Fuente: Interempresas
Rene Antonio Hinojosa Benavides

Hoy en día se está notando que los contaminantes causan una alta degradación de suelos agrícolas (SA) que incluye elementos como la paulatina caída de la fertilidad, bruscos cambios en la acidez alcalinidad y/o salinidad,


los riegos por inundación extremos, utilización de productos químicos contaminantes y tóxicos, que erosionan y deterioran la estructura del SA.

Elementos que coadyuvan a una significativa disminución de la calidad del SA, a su vez, esta excesiva degradación conlleva a efectos tanto inmediatos como a largo plazo, afectándose el ciclo biogeoquímico y la función de biofiltro, acarreando por tanto el descenso de la rentabilidad de los cultivos con indiscutibles cambios en la composición de los productos en perjuicio de la salud del público consumidor, al ingresar determinadas partículas nocivas en la cadena trófica.

Por otro lado, se hace mención que una manera natural de disminuir esta degradación es la utilización de los abonos orgánicos (AO), que son residuos provenientes de vegetales o animales en diferentes estadíos de descomposición.

El producto es importante al resultar de la natural descomposición de la materia orgánica (MO) debido a la actividad de los microorganismos que se encuentran en el ambiente, ya que estos digieren los materiales para transformarlos luego en otros que son benéficos y aportan nutrientes al SA y por ende a las plantas, ya que al ser incluidos en los SA activan e incrementan la actividad microbiana de dichos suelos (1).


Cabe mencionar que los AO contienen parte del nitrógeno de manera orgánica, regularmente estables, que sistemáticamente van mineralizándose y haciéndose disponibles para las plantas.

Fuente: Interempresas

Una alternativa para contrarrestar los efectos nocivos a raíz del uso irracional de fertilizantes sintéticos, es la producción de AO que, además deban cumplir estándares que aseguren la mejora de la calidad del SA, el aporte de nutrientes, la facilidad de ingreso del agua, por lo tanto el incremento de la retención de humedad con el correspondiente manteniendo de la capacidad de campo que conlleve a la mejora de la actividad biológica del SA (2).

Todo residuo de cosecha se constituye en una de las fuentes más importantes para la elaboración de AO, primero debido a las grandes cantidades de producción que se generan y segundo por su mayor contenido en MO con una alta relación carbono-nitrógeno (C/N), lo que viabiliza su utilización para la elaboración de dichos abonos.

Un aspecto resaltante de este tipo de residuos es que se pueden incluir en un proceso de compostaje para producir compost y después humus con ayuda de lombrices, siendo producto obtenido de campos de cultivo, formando así parte crucial de las actividades para la sustentabilidad de nuestro agro ecosistema, ya que se obtiene un insumo proveniente del mismo campo de cultivo o lugar, de tal manera que un residuo se origina en la producción vegetal y se vuelve a incorporar a través del compostaje, para la mejora del SA (3).

Referencias

  • Libreros, S. La caña de azúcar fuente de energía: compostaje de residuos industriales en Colombia. Tecnicaña, 28, 13-14. 2012.
  • Ramos y Terry. Generalidades de los abonos orgánicos: importancia del bocashi como alternativa nutricional para suelos y plantas. Cultivos Tropicales, 35(4), 52-59. 2014.
  • Martínez, F. Gestión y tratamiento de residuos agrícolas. Revista equipamiento y servicios municipales, 125, 33-48.

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