José Luis Escobar Morán

Han pasado casi 6 décadas del debate que da inicio e imagen a la filosofía actual, llamado el gran debate del positivismo alemán o simplemente el de Gotinga. La asunción sesgada, casi dogmática de las propuestas de uno de los participantes, el Círculo de Viena; llegan hasta nosotros por la forma de como el poder se apropia de ellas, afectando especialmente al mundo académico.


La aceptación del carácter gnoseológico de la investigación científica, excluye a toda la investigación social de ser considerada como tal. En nuestro país oficinas como CONCYTEC, utilizan la imposibilidad de que las actividades humanas sean reducidas a un algoritmo, para negar validez científica, no solo a la investigación, sino a los campos académicos que la sustentan; así de un tiempo a esta parte, se le niega carácter científico a la Sociología, a la Historia, la Arqueología, la Educación, la Psicología, la Antropología, etc.


Y si no fuera así


Esta forma grosera del estado peruano y otros similares, de intervenir en un debate académico, me llevo a analizar las diferentes técnicas e instrumentos de la investigación cualitativa, utilizados en los diferentes campos de las Ciencias Sociales, y me encontré con la sorpresa, de que cada uno de ellos aborda un tema distinto de lo que llamamos “realidad”, que sus resultados, “valorizaciones”, son intercambiables, lo que los hace normalizables y replicables, justo aquello que utilizan los avances del Grupo de Viena, para negar el carácter científico a las Ciencias Sociales.

Estamos hablando de la escala de Likert o de calificaciones acumuladas, de tipo psicométrico y de uso más amplio en encuestas para la investigación, principalmente en ciencias sociales. La Escala de  Thurstone llamada también de intervalo de aparición constante, empleada para registrar opiniones, y medir la intensidad de nuestra actitud hacia variables como participación política, religiosa o niveles de conservadurismo; de Guttman o acumulativa, escala ordinal única para la evaluación de la identificación de los grados de compromiso o aceptación del individuo, a partir de la cual pueden reproducirse las observaciones originales; y el diferencial semántico o escala de Osgood, es una escala de medición de significados connotativos, que pueden ser afectivos o subjetivos, para identificar la forma de estimularlos.

Fuente internet

Cada una permite valorar las reacciones de los sujetos en diferentes áreas de la investigación empírica. Todas son predictivas, tanto, que en las diferentes metodologías empleadas por Cambrige Analitical, se emplearon todas estas escalas, y a partir de esas identificaciones lograron influir en los resultados del referéndum por el Brexit en Inglaterra, o en la elección de Trump. Mejor confirmación de su valides, imposible.

Lo afirmado en las líneas que anteceden, nos demuestra que las conclusiones singulares de nuestras investigaciones empíricas son tan válidas como las logradas en laboratorio por químicos, biólogos o en gabinete, por físicos y matemáticos. Como ellos, nuestras conclusiones tampoco son verdaderas, son certezas que necesitan la confirmación del cosmos y la vida, para mostrar su “realidad”. Todas, esas y estas, son falsables justamente por ser científicas.

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