Fuente: elasterisco
Uriel Rigoberto Quispe Quezada
uquispe@unah.edu.pe

Uno de los grandes problemas que atraviesa las organizaciones, es proyectarse en el corto plazo, y en ese marco girar todas sus actividades, dejando de lado lo más importante y trascendental, lo estratégico.


Pero, que realmente significa este apasionamiento desmedido en las organizaciones del “cortoplacismo”, para muchos entendidos lo relacionan en que se da prioridad y atención a solucionar problemas en el día a día, donde prima la consecución de objetivos cuantificables en el ejercicio actual, sacrificando a cambio otras acciones que contribuyan a la capacidad futura de la empresa, generando de esa forma actividades rutinarias que no contribuyen a generar valor, con ello perdiendo la capacidad de alcanzar ventajas.

Este enfrascamiento, que se da, muchas veces por la justificación en el hecho de obtener resultados mediatos, por la volatilidad que representa el largo plazo, más aún por las circunstancias de diversa índole que afectan las actividades diarias, para muchos estos es una razón de no poder plasmar planes a futuro.

Mas allá de tener este tipo de justificaciones, que quizás se entienda en organizaciones que están en proceso de afianzamiento en las etapas iniciales, pero aquellas que ya han logrado estar presentes a lo largo de los años, es difícil entender su actuación, toda vez que adaptarse a los escenarios actuales es inminente.

Además, lo único cierto y evidente, es que el mundo cambia, los eventos y las circunstancias están en constante movimiento y en permanente interrelación, lo que una vez fue importante, hoy en día quedó obsoleto y castigada en el pasado, ir más allá representa afrontar nuevos desafíos y exigencias que promueve el largo plazo, con el fin de avivar el espíritu de competencia, en la búsqueda constante de la mejora continua.


Mas allá de lo literal, la organización deba plasmar sus estrategias en planes estratégicos debidamente formuladas, ajustando cada uno de sus procesos y asimilando a los cambios tecnológicos. En la orientación permanente, de la búsqueda de la calidad, optimización adecuadamente sus recursos, logrando máxima productividad y resultados medibles.

Fuente: Movlim

A diferencia del país, en otras latitudes, las industrias representadas en los sectores económicos, entienden claramente que el único camino de alcanzar resultados significativos y de manera sostenida, es realizando planes a largo plazo, para ello  invierten gran parte de su presupuesto, en la I & D + i, a sabiendas de que el retorno de la inversión se dará en el tiempo.

Además se tiene el compromiso de la parte ejecutiva, en implantar políticas que permitan traducir cada una de las áreas obtener el máximo rendimiento en sus capacidades productivas, no dejando de lado el recurso fundamental de las organizaciones el capital humano, promoviendo un clima laboral favorable que contribuya a que cada uno de los integrantes no solamente realicen sus actividades diarias, sino que además de ello promuevan espacios de creatividad.

Estando a puertas del bicentenario, las empresas en los distintos sectores económicos en el país, alcancen un nivel de reflexión, dejando de lado esta visión cortoplacista, y se reorienten mejor sus estrategias, hacia la proyección en el largo plazo, superando este mal endémico.

Fuente:

D´Alessio

BBC News/Mundo

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