La lechuga (Lactuca sativa), llamada también como la reina de las hortalizas de hoja, cultivado hace más de 2000 años es una planta anual de la familia Asteraceae, utilizado comúnmente por la población como una verdura de hoja, utilizando preferentemente en preparados de ensaladas, en sándwiches, emparedados y envoltorios, además de ello en la bibliografía comentan que también son utilizados en otros tipos de comidas, se dice también que se usa en eventos religiosos y en la medicina popular, siendo preferentemente un alimento alcalinizante, refrescante, remineralizaste, además que ayuda a conciliar el sueño y que también suele actuar como analgésicas frente el dolor, tiene acción aperitiva, estimulando las glándulas digestivas por su gran contenido en fibra.

Según cuerpomente.com, al igual que ocurre con otras hortalizas de hoja, existe una amplia variedad disponible en los mercados, siendo algunos de los tipos de lechuga más comunes como son:

  • Romana: la «lechuga de toda la vida», muy económica pero también de las más nutritivas, de fácil reconocimiento por sus hojas alargadas y su gran nervio central.
  • Escarola: por su sabor amargo y su textura gruesa, esta lechuga rizada es ideal para aportar cuerpo a una ensalada.
  • Hoja de roble: sus características hojas de color marrón rojizo son más suaves y crujientes; es ideal para combinarla con otros tipos de lechuga.
  • Iceberg: aunque esta variedad redonda es también muy frecuente, se trata de una de las lechugas menos nutritivas.

Una de las propiedades más destacables de la lechuga es que se trata de una de las verduras con mayor contenido de agua: 94%, también de minerales, especialmente potasio (264 mg/100 g), calcio (35 mg), fósforo (26 mg) y magnesio (16 mg), así como oligoelementos (cobre, manganeso, níquel, zinc, etc.), también es rica en vitaminas: A (970 mcg, en forma de carotenoides), del grupo B (su contenido en ácido fólico es de 21 mg), Vit. C (8 mg) y E (0,06 mg). Complementado con otra sustancia de interés como es la lactucarium, que actúa como calmante sobre el sistema nervioso, la cual confiere a la lechuga propiedades relajantes y favorecedoras del sueño¹.

Según lo descrito por los investigadores Noreña, Aguilar, Malagón, Molano, Arguello & Arroyave. La lechuga tiene funciones medicinales tales como virtudes calmantes y notable eficacia para combatir los nervios, el insomnio, la irritabilidad, el mal humor, etc. Macerada otros productos tales como la avena y el pepino, sirve como pomada que alivia alergias e irritaciones de la piel, quemaduras y erupciones².

 

Igualmente, el autor Alvarado et al, manifiesta que el consumo de hojas frescas se utiliza para aliviar el estreñimiento, la debilidad del estómago, la dispepsia, la mucosidad de la garganta y del pecho, asimismo complementa que las hojas producen efectos refrescantes, tranquilizadores, fortificantes y aperitivos, usando para proporcionar un sueño tranquilo y reparador, pues fortifican los nervios; además son ideales para reducir el nivel de azúcar en la sangre, su látex es utilizado como calmante y narcótico³

Referencias:
  1. https://www.cuerpomente.com/guia-alimentos/lechuga.
  2. Noreña, J., Aguilar, P., Malagón, E., Molano, P., Arguello, O., & Arroyave, M (Ed.). (2014). Modelo tecnológico para el cultivo de lechuga en el Oriente Antioqueño. Mosquera, Colombia: Siembra.
  3. Alvarado, d. Chávez, F. y Anna, k. (2011). Seminario de Agronegocios, Lechugas hidropónicas. Universidad del Pacifico. Facultad de Administración y Contabilidad. Perú. 96 p.

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