Fuente: RPP
Ketty Marilú Moscoso Paucarchuco
kmoscoso@unah.edu.pe

La economía del comportamiento o conductual, ha encontrado su lugar en las principales corrientes económicas, busca integrar las percepciones psicológicas con la economía.


Está muy bien representado por Daniel Kahneman y Richard Thaler, ambos ganadores del Premio Nobel de Economía en el 2002 y 2017 respectivamente, también por destacados autores como Amos Tversky y Ward Edwards, entre otros.

Difiere de la economía clásica porque analiza el comportamiento humano en su actitud irracional, considera importante sus emociones al momento de tomar decisiones, y sabe respecto a su dificultad de maximizar utilidades; esta influencia puede acercar a la economía en contextos de certeza o de incertidumbre.

Este tipo de economía moderna se adecúa a la actualidad considerando al individuo mucho más humano, eliminando la rigidez de su buen comportamiento por la realidad de sus falencias. La situación de pobreza no se ha visto solucionada por la economía clásica y es precisamente por el comportamiento tan impredecible de los consumidores.

Para desarrollarla se debe conocer las motivaciones, se identifica que estos factores en mayoría son intrínsecos, por ejemplo, el reconocimiento laboral, las ansias de superación, los desafíos personales; estos no tienen valor dinerario, también los hay extrínsecos como la remuneración, las compensaciones materiales; ambas motivaciones tanto internas, como externas mueven la economía.


El análisis conductual añade factores de contexto como la influencia social, por un lado, la normativa basada en la presión de distintos grupos donde el individuo tiene la necesidad de aceptación y por el otro la influencia informativa, donde se aprende del actuar del que se cree sabe más.

Fuente: Latinamericanpost

Las inversiones económicas que se realizan en países pobres generalmente no tienen los resultados esperados, aumentado las brechas de desigualdad, el sustento de tales fracasos se soporta en la actitud del ser humano, de ahí que su comportamiento psicológico es muy importante para el crecimiento económico, no solo personal sino global.

El primer paso para transformar la economía tradicional asociada al buen comportamiento del consumidor, es encontrar fallas a ese modelo, resulta bastante racional decir que esas fallas existen, pues el ser humano por naturaleza también tiene un mal comportamiento.

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