Fuente: France 24
Rosa Cecilia González Ríos
rgonzalez@unah.edu.pe

En septiembre de 1979 la Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo – OMT instituye el Día Mundial del Turismo a partir del año 1980. Fecha que se eligió por coincidir con un hito importante en el turismo mundial: el aniversario de la aprobación de los Estatutos de la OMT el 27 de septiembre de 1970.


Para su celebración internacional cada año se designaba un país anfitrión y un lema representativo desde la OMT, sin embargo, la edición 2020 llega con cambios palpables, no sólo enmarcados en la coyuntura crítica por las consecuencias de la pandemia; en ésta ocasión celebra la capacidad excepcional del turismo por crear oportunidades fuera de las grandes ciudades y preservar en todo el mundo el patrimonio cultural y natural bajo el lema de Turismo y desarrollo rural, en la cual los gobiernos ponen la vista en el sector para recuperarse de los efectos de la pandemia, creciendo el reconocimiento del turismo al más alto nivel en las Naciones Unidas, en el que se explica que  para las comunidades rurales, los pueblos indígenas y otras poblaciones históricamente marginadas, el turismo ha sido un vehículo de integración, empoderamiento y generación de ingresos.

Además, como una cooperación internacional histórica, por primera vez en los cuarenta años de historia del Día Mundial del Turismo, la celebración oficial no estará auspiciada por un único Estado Miembro del organismo especializado de las Naciones Unidas, sino por las naciones del bloque de Estados parte del MERCOSUR (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay, con Chile como Estado Asociado), que actuarán como anfitriones conjuntos.


Este acuerdo de celebración conjunta ejemplifica el espíritu de solidaridad internacional que recorre el turismo y que la OMT ha reconocido como eje principal para la recuperación.


Fuente: Gestiopolis

Entonces, a todos los que apostamos por el renacer del turismo, a los que hemos encontrado en este tiempo de inamovilidad escenarios de reflexión y replanteamiento de estrategias, es posible repensar el futuro del sector turístico por la forma que contribuye a los objetivos de desarrollo sostenible, por su valor social, cultural, político y económico. Una actividad que permite transformaciones sociales, que une a las personas, promueve la solidaridad y la confianza para hacer avanzar la cooperación mundial y nacional que se necesita con tanta urgencia en este momento.

Continúo convencida que el entorno no nos limita, al contrario, nos reta la capacidad de cambio, de resiliencia, de capacidad de innovación, de reinvención como las mejores herramientas para conseguir revertir con un proceso planificado y una eficiente gestión la reactivación del turismo.

En nuestro país, estamos a puertas de iniciar el turismo interno bajo la práctica de todos los protocolos sanitarios tan indispensables hoy en día; tengamos ética profesional, seamos responsables, conscientes de la seguridad e integridad de los visitantes que confiarán en el servicio ofrecido por el destino, respetemos la vida y vendamos experiencias de vida distintas. Marquemos los primeros pasos, porque para alcanzar las metas siempre hay que dar el primer paso.

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