Fuente: FreeJPG
Uriel Rigoberto Quispe Quezada
uquispe@unah.edu.pe

Ser líder en una organización merece constantemente ser crítico en lo personal y profesional, poner a prueba las capacidades y competencias que se ha logrado y estén acordes con la exigencia que demanda la realidad, encaminados a los lineamientos, calidad y capacidad de respuesta.


No basta solamente poseer un cargo ejecutivo o que se llegue a lo más alto jerárquicamente en una organización, sino que continuamente se ponga los pies sobre la tierra, ser consientes en todo momento que cualquier cargo depende del desempeño y está en contante riesgo de ser relegado por uno más hábil y con espíritu de competencia.

Para ser líder, se requiere cultivar a diario prácticas saludables, ganar experiencia en el día a día, cualquier desafío por más complejo que sea es sumamente valioso, la cual nos dará la posibilidad de tomar decisiones independientemente del resultado, se habrá ganado cierta ventaja competitiva en relación a los otros, experiencia que en el futuro será fundamental para afrontar situaciones con madurez y decisión.

Es hidalgo reconocer en el momento oportuno, si tengamos que realizar un cambio de estrategia o virar 180° si es posible, si no se está en el camino correcto y a partir de ella reorientar metas y objetivos. Tomar esta actitud de cambio es una encrucijada por algunos ejecutivos, quienes reacios a los cambios ponen en riesgo la orientación y la salud de las empresas u organizaciones. La historia nos ha demostrado que a la falta de reacción y cambio en la estrategia trae consigo letales consecuencias.


El ejecutivo de hoy, debe ser un profesional que se adapte continuamente al cambio, debe reflejar seguridad, confianza, capacidad en hacer las cosas correctas, pensando en el parabién organizacional, sin triunfalismos, ni vanagloriarse de éxitos efímeros que no conllevan a nada, por el contrario, pensar en que muchas de las personas dependerán de las decisiones que tome y deberá afinar contantemente sus estrategias y reflejos.


Fuente: Emprender Fácil

Es innegable que en el mundo de los negocios está virando contantemente, rompiendo en su paso esquemas tradicionales y la hegemonía que representa el eje en el mundo en la actualidad está perdiendo espacio, cumpliendo ese adagio de que nada es absoluto, todo es relativo y hay muchos que se perfilan a lograr posicionarse en el centro de la atención por el que se mueven los países y los negocios.

Esta exigencia pone a prueba la capacidad de respuesta de los ejecutivos en las empresas, muchos de ellos han perdido el vigor que reflejaban en sus inicios, que inspiraban liderazgo y motivación, ahora pueden estar cayendo en el error de saberlo todo y no darse cuenta que el mercado es dinámico y a la vez difícil de predecir. Este es una buena oportunidad para el sector privado, los ejecutivos muestren sus habilidades de liderazgo y lideren el cambio que el país necesita, poniendo el hombro y haciendo que las cosas ocurran.

A raíz de la pandemia, el mundo de los negocios ha cambiado drásticamente y de esta crisis algunos buenos ejecutivos saldrán airosos, pero habrá otros que se verán afectados y vencidos al no ser capaz de responder a esta realidad. Entonces surgen algunas interrogantes: ¿Cuál será el impacto de esta realidad en los actuales ejecutivos? ¿Qué innovaciones educativas estarán promoviendo las escuelas de negocios a los futuros líderes?, evidentemente responder a cada una de las interrogantes ameritará analizar a profundidad, pero en la etapa de formación estas instituciones educativas deban enfocar en el fortalecimiento de aptitudes y actitudes con pensamiento crítico y analítico, flexibilidad para responder ante crisis de esta naturaleza y demostrar resultados a través del liderazgo.

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