Adolfo Quispe Arroyo

En occidente a la mujer se le desviste hasta con la mirada, esa mirada enfermiza y dominante del machista y autoridad patriarcal que heredó la mayoría de los mamíferos.


La mujer sexy en occidente es de pocos vestidos aparentemente, la música comercial juvenil contemporánea incentiva a desvestirse cada vez más y mostrar su arma de ataque y defensa en el baile. En occidente la mujer que se viste de una manera llamada formal es considerada poco sexy, salvo que sus poderosas extremidades sobresalgan y el abultado poder del cu… se exponga rimbombantemente ante la mirada sagaz y boba del mortal.

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A la mujer contemporánea en el occidente se le ha mercantilizado más que en cualquier lugar del mundo, puesto que tiene que ser delgadísima con medidas de noventa sesenta y noventa, además de rubia y ser participante o aspirante a concursos de belleza. La mujer es especie de adorno detrás de “un gran hombre” una figura de poder de dominio y sometimiento, ella la delicada con atractivos corporales y del poder de los glúteos y él triunfador del poder económico. Por el poder económico se pierden honras y dignidades, las humillaciones muchas veces se pasan por alto en resguardo de la seguridad económica.

Pero ¿En qué momento se desnaturalizó el papel de la mujer a los límites de vejámenes con fines pragmáticos? Se suele pensar que antes se vivía del amor y si estabas con el amor de tu vida podrías sobrevivir a pan y agua, pues tenías el sentido romántico de la vida. Ahora se calcula pragmáticamente y se suele dar oídos de conseguir un buen partido, esto en términos económicos con fines pragmáticos, puesto que no se vive del amor, para tal fin habría que recurrir al infalible y poderosísimo poder del cu…. Para muchos puede ser retrógrada la observación, soberbia aparte y la temerariedad por delante, nuestra sociedad se mueve en ese sentido, entre la cucufatería y la hipocresía con figuras de soles o dólares en los ojos jugosos.


Fuente: Diario vasco

Es evidente también que las mujeres han emprendido una lucha, cada vez más radical, por la reivindicación y sobre posición de su lugar en la sociedad. Las desigualdades descritas no son parte del sexismo o liberación sexual, lucha de género o reconocimiento de los derechos tan iguales como de los varones. El problema fundamental se ciñe en la estructura desigual y clasista de la sociedad, la mercantilización y la instrumentalización del hombre en general y de la mujer en singular. La sociedad capitalista ha enajenado a la mujer al igual que al trabajo y a cualquier mercancía por la preponderancia del capital por encima del fin supremo que es el ser  humano.


Las mujeres finalmente son las que dirigen de una manera subliminal a la sociedad, puede que ellas sobrevivan sin el sexo masculino,


La mujer o las mujeres selectas y deseadas por el poderoso cu… se han vuelto en mercancías de placer mundana solamente, ante esta afrenta algunas mujeres utilizan su arma infalible para supuestamente ser seducida por el dinero y luego enseñorearse de la propia vida del mortal ingenuo y bobo. Llámalo arribista, oportunista, trepadora, entre otras a las mujeres de tal condición y será tu fin para cuando hayas abierto los ojos. Las mujeres finalmente son las que dirigen de una manera subliminal a la sociedad, puede que ellas sobrevivan sin el sexo masculino, puesto que poseen el sexto y el sexo sentido vitales de la vida, sin embargo es poco incierto el porvenir de los varones a falta de ellas.

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