Fuente: www.semana.com
Ketty Marilú Moscoso Paucarchuco
kmoscoso@unah.edu.pe

Existe un dilema muy profundo en el ser humano que trata de distinguir entre lo que es y lo que quieres ser, esa motivación impulsa su existencia hacia una actitud transformadora y de renovación.


La educación juega un rol imperante en el proceso de cambio social. Situación constante que John Dewey determina en una frase «La educación no es preparación para la vida; la educación es la vida en sí misma».

Daniel Jover nos recuerda el mito griego, Prometeo se atrevió a robar el fuego del Olimpo para dárselo a los humanos, pero los dioses lo castigaron por su pretensión de romper el monopolio del conocimiento y repartirlo entre los mortales.

Se necesita generar ideas que contribuyan al bienestar común, que ayuden a vivir la realidad, asumiendo los activos y con mayor razón los pasivos, que la existencia del hombre ha dejado en este punto finito del universo, llamado Tierra.

La educación no está orientada solo a herramientas intelectuales, más significativo resulta madurar las emociones, actitudes, que deben tener congruencia entre lo que se hace, se dice y se piensa.


Es considerable mencionar que el crecimiento científico, tecnológico, innovador y económico, debe ir de la mano con el crecimiento social, ético y espiritual. La felicidad también depende de la educación.

Fuente: Universidad de Costa Rica

El compromiso por llegar a objetivos personales, considerados específicos, deben regirse a los objetivos de la nación, considerados generales. Estas ambiciones debes ser sanas para evitar llegar a la codicia.

Si de pensar en todos se trata, se debe compartir, entre otras cosas, las experiencias, positivas o negativas, que en algunos casos puede servir de inspiración, sabiduría y por supuesto de aprendizaje.

La educación ayuda a pensar y a ser libres, nunca se agota, con ella se puede moldear el “arte de vivir”, sin violencia, sin miedo, con dignidad y respeto. La educación te permite soñar en justicia y solidaridad.

Parece una utopía para algunos escépticos, el hecho de cambiar el mundo con la educación, limitado pensamiento para aquellos que creen que más importante es tener, que ser.

 

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