Ketty Marilú Moscoso Paucarchuco
kmoscoso@unah.edu.pe

El contexto global invita a reutilizar la contabilidad como parte de la cultura general de todo individuo, su despegue del pensamiento convencional es inevitable, impactando directamente en la economía, en la cohesión social y el cuidado ambiental.


La relación entre contabilidad, cultura y desarrollo promueve decisiones políticas que no solo conservan la economía sino la vida misma.

La contabilidad moderna va más allá de dar cuenta del uso de los recursos, controla las externalidades de la globalización, mide impactos del comportamiento social y cultural, rompe estructuras de consumo, entre otros; pero en la práctica se ha limitado a brindar información insuficiente y solo desde ámbitos financieros.

Para Mejía Soto, et. al, 2013 “La contabilidad es la ciencia social aplicada, que estudia la valoración cualitativa y cuantitativa de la existencia y circulación de la riqueza ambiental, social y económica controlada por la organización, utilizando diversos métodos que le permiten cumplir su función de evaluar la gestión que la organización ejerce sobre la riqueza, con el fin de contribuir a la óptima acumulación, generación, distribución y sostenibilidad integral”.


La contabilidad en la actualidad presenta un concepto dinámico que asocia los términos monetarios a la cultura del hombre, la que se entiende como “conjunto de valores, tradiciones, patrimonio material e inmaterial, creencias religiosas, cosmovisiones y las expresiones en formas de vida”, influyendo y determinando, impidiendo o facilitando el desarrollo sostenible de la sociedad.

Fuente: Tiene Su Historia, Nosotros Te La Contamos

La contabilidad en un esquema operacional y práctico es un instrumento de reconocimiento y valoración que permite identificar desde la cultura humana aspectos relevantes de los económico, social y ambiental, otorgándole valor a lo estético, simbólico e histórico.

El fin máximo de la sociedad es la sostenibilidad ubicando a la contabilidad como una herramienta de control para la mejora. La ciencia contable debe invertir los esquemas de importancia en el análisis empresarial, priorizando lo ambiental, seguido de lo social, para finalmente complementar con lo económico; esta pirámide de desarrollo debe conservar estructuras armónicas entre sus dimensiones.

Es importante reconocer los distintos tipos de riqueza que no solo son dinerarios, desde ahí nace la nueva modelación contable, en su afán de protección de la riqueza sostenible. La cultura contable exige cambios en los ciudadanos como consumidores y más como empresarios, obligándolos a adaptarse a una nueva forma de hacer empresa donde se busca anteponer la responsabilidad ambiental y social principalmente.

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