Por: Edgar Gutiérrez Gómez

En las circunstancias actuales la estadística reconquista su jerarquía, el título de la obra literaria ‘El Señor Presidente’ de Miguel Ángel Asturias, es símil a los presidentes a nivel mundial, quienes son las voces autorizadas para informar a los ciudadanos neurotizados sobre la situación virulenta en cada país.

Diseñan inusuales estrategias para combatir el avance del Coronavirus de connotación mortal, pero cual remedo de una muestra probabilística para contagiar sin chistar. El año veinte-veinte, que solemos calificar no resulta encantadora para la lucidez de la vida. Pitágoras estaría furioso por el comportamiento humano en función a los números místicos de pares o impares. La información estadística en tiempo real sobre el virus, neurotiza aún más la fragilidad humana. Es necesario retomar las teorías de los viejos maestros como de Aristóteles, que definió las categorías filosóficas sobre el comportamiento de la vida en la naturaleza.

Clasificó esas categorías para el mejor entendimiento científico y, esa categorización se revela 2300 años después, en las predicciones científicas del “El Estagirita”. Es una necesidad haber germinado en concatenaciones dialécticas, de ahí que broten virus letales, igual sigue siendo una necesidad; así de manera encadenada, pues este obedece a su propio desarrollo de una ley científica. No fuimos instruidos para la casualidad, independientemente del veinte-veinte, número místico para Pitágoras y su iglesia del Coronavirus o, diecinueve-diecinueve como aquel rebrote de la pandemia de la gripe española del 1919. Publicado en Correo: https://peruquiosco.pe/

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