Edgar Gutiérrez Gómez

Con esta frase, Primo Levi inicia su obra autobiográfica cuyo título resume el contenido: “Si esto es un hombre”. La idea inconsciente de xenofobia está latente en los hombres y se manifiesta de manera intermitente en situaciones extremas, como la pandemia actual del Coronavirus.


Si esto es un hombre: Los que vivís seguros / En vuestras casas caldeadas / Los que os encontráis, al volver por la tarde, /La comida caliente y los rostros amigos: / considerad si es un hombre / … (Primo Levi) En estos tiempos de cuarentena forzada por una epidemia globalizada, existen hombres viviendo a la intemperie, con diferentes cualidades extraordinarias a diferencia de otros sapiens relativamente normales. Mis amigos “orates”, alcohólicos, drogadictos y una serie de vicios condenados por la sociedad, no sirven para las estadísticas de ningún país en el mundo. En algunos Estados capitalistas, aún existe el lado socialista como la salud pública.

Si no existiera ese flanco socialista dentro de algunos Estados, ¿a dónde acudiríamos los indigentes? ya hubiéramos perecido, ya que en la actualidad se ha convertido una especie de salvavidas para seguir respirando por unas horas, días y años, porque llegar a tratarse en una entidad privada de salud seria como llegar al mismo paraíso. Las narraciones de Primo Levi, como prisionero de la Segunda Guerra Mundial son traumáticos. Qué hacen los hombres sabiendo que van a morir a manos de los nazis, conocer ¿cómo es posible golpear sin cólera a un hombre?



El viaje a un campo de concentración de trabajos forzados, es un viaje a la nada. estamos en similares condiciones con este confinamiento forzado, a manos de un enemigo anónimo. Auxiliarse con las Fuerzas Armadas para conservar el control es ofensivo, como si ellos no fueran humanos ¿Acaso nosotros pedimos esta situación copia fiel del “Ensayo sobre la ceguera” de José Saramago? El destino de Primo Levi: Auschwitz. Nuestro destino: incierto. Convivir con el Coronavirus, aferrándonos a la vida, extremando la xenofobia, donde todo extranjero es un enemigo mortal por ser el portador del virus.

Comunidades encerradas en sus guaridas, bloquean el acceso a su lugar por el pánico a la muerte. En algunos lugares las noches se están convirtiendo en una pesadilla como la situación de Levi, … madres con sus hijos todavía colgados del pecho, gemían noche y día pidiendo agua. Hoy, el prójimo pregunta: ¿Cuántos años? ¿sano o enfermo? Según la respuesta te aceptan en su barrio. Solo falta enviar a los enfermos a la cámara de gas, sin despedirse de ellos, para terminar en un crematorio. Hoy podemos vernos las caras, cuán idiota somos cuando estamos frente a la muerte.


Se le arrebató todo; absolutamente todo, incluyendo el nombre por unos números, eso es llegar al fondo de la condición humana,

Mis amigos que no cuentan para las estadísticas, menos para los políticos, todo el tiempo besaron a la muerte en la calle. Ahora no entienden, qué pasó con los hombres que desaparecieron de repente. Para ingresar a los campos de concentración, se debían de desinfectar primero y, a los enfermos directo a la cámara de gas. Nuestra lengua no tiene palabras para expresar la destrucción del hombre. Se le arrebató todo; absolutamente todo, incluyendo el nombre por unos números, eso es llegar al fondo de la condición humana, lo más miserable no existe para Primo Levi.

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