Fuente: JustWatch
Roly Auccatoma Tinco

La bandera de Estados Unidos está izada al revés, adrede así flamea y el mensaje es claro, necesita la ayuda internacional para poder salvarse,


pero esto ya lo había dicho Paul Haggis, el maestro del cine norteamericano, quien en la película En el valle de Elah (2007), escribió y dirigió la historia de Hank Deerfield, un veterano de guerra, y de su esposa Joan. Mike, soldado que regresó recientemente de Irak, desaparece sin dejar huellas, por tal razón Hank, su padre, decide ir en su busca, hallando una bandera, ante la cual comenta: “¿Qué significa una bandera izada boca abajo? Es el símbolo internacional de socorro. Significa que no podemos salvarnos nosotros mismos, que tienen que venir otros a salvarnos por nosotros”.

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Por tanto, se deduce que Norteamérica, país modelo de la libertad y democracia, crea hombres inhumanos y monstruos para la guerra; toda su inhumanidad lo practica con el cuerpo del Otro y hace el mal con pasión comprometida con su símbolo de occidente; así los que sobreviven vuelven a la sociedad de origen y actúan como lo hicieron en los países invadidos.

Es así que, el mundo vio dos muertes, la primera es la de Sadam Husein, ejecutada por los soldados, ante la cual Norteamérica niega su participación, crimen que poco o nada conmovió a los llamados demócratas y republicanos porque era el Otro; mientras, la otra perpetrada por la policía norteamericana de Estados Unidos, en las calles del país más poderoso, quedando el mundo como testigo de la muerte de un hombre de 40 años llamado George Floyd, víctima de la violencia racista.

Estos hombres con toda la capacidad de ser humano e inhumano, han demostrado que todos los hombres están expuestos a ciertos factores que influyen para el despertar de una actitud moral de ser ángel o demonio, llevándolos a reaccionar de una determinada forma.


Fuente: El Periodico

Al respecto, seamos osados para explicar la lógica del inhumano o monstruo, percibiendo, según Peirce, al hombre como símbolo. De allí, se puede concluir que el monstruo mata porque ve a los Otros como enemigos, ya que se diferencian en raza, religión, ideología, política, etc., es decir, mata al hombre creyendo que es símbolo. Ante esta concepción equivocada, lo único que podría cambiar el pensamiento del ser humano es la educación, cuyo rol es fomentar la lógica de que el hombre es hombre.


Albert Camus, en su obra de teatro político y social, Los justos dice: hay hombres que matan en nombre de la revolución, pero la presencia de los niños evita el arrojar una bomba dirigida al duque. Sin embargo, en otra escena, tras el asesinato, la esposa manifiesta: “Muchas cosas mueren con un hombre… Los asesinos no lo saben. Si lo supieran, ¿cómo podrían matar?” Aquel poderoso es hombre y al matarlo lo hacen al hombre y no al sistema.


En fin, al parecer nuestra bandera peruana también está ondeando al revés, pues estamos carcomidos por la política corrupta que azota al país más que la pandemia; es decir, nuestros políticos no buscan construir el país y el pueblo está dividido por los símbolos. Necesitamos pedir apoyo internacional para que nos ayuden a forjar un Estado fuerte con una democracia inclusiva.

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