Todo humano es arrojado al mundo del imperio de otros, vive y existe inauténticamente sin detenerse en ningún misterio. Los hombres actuales no tienen arraigo, saltan como los saltamontes de novedades en novedades, el misterio perdió su brillo y el desierto crece y se expande para devorárselo todo. Tal como afirma Heidegger: “Toda preeminencia queda silenciosamente nivelada. Todo lo originario se torna de la noche a la mañana banal, cual si fuera cosa ya largo tiempo conocida. Todo lo laboriosamente conquistado se vuelve trivial. Todo misterio pierde su fuerza” (1997, p. 131).

Nos urge educar a todos los hombres para que sean seres auténticos. ¿Cómo es aquel ser auténtico?  Es el ser que se apropia y se responsabiliza de su propia existencia. El Da-sein (ser ahí), se hace en cada caso, es suyo.  “El Da-sein es el ente que soy cada vez yo mismo; su ser es siempre el mío” (Heidegger, 1997, p. 119). El Da-sein es un ser que existe y su “existir consiste en tener que hacerse a cada momento, debe elegir entre estos dos modos de ser posibles. El sí mismo que se decide por una existencia auténtica, es aquel que se elige a sí mismo, ganándose a sí” (Aucar, 2021, p. 101).

“Soy auténtico cuando me ‘abro’ a las cosas desde mis más propios proyectos. Yo soy proyecto. Si soy proyecto es porque soy mi proyecto. Si soy mi proyecto es porque no soy el de otros”  (Feinmann, 2008, p. 278). Acepto que he nacido para morir, mi existencia tiene su fecha caducidad y tolero la brevedad de la vida sin quejarse porque estoy listo y presto para mi fin. ¡Nací para morir! La autenticidad es el modo propio del existir, es aquel modo de ser elegido por el Dasein que acepta y asume su propia condición ontológica, la propia existencia, aquello a lo que está llamado a ser” (Aucar, 2021, p. 101). La vida y el tiempo se devoran vivo al hombre y sus grandes pasiones quedan reducidos a cenizas.

El hombre es posibilidad y en cada una de sus posibles está la muerte que puede imposibilitar sus proyectos; puede morir en la ducha, en la cama, jugando, comiendo, bailando, tomando, estudiando, etc. Además, los seres auténticos y conscientes soportan su finitud, aceptan la nada en el más allá. “Es un proyecto en el que me … arroja a mis posibilidades propias, auténticas, por medio de un proyecto propio (porque el Dasein es futuro, es poder-ser) […] Elijo a partir de mí. Soy pro-yecto. Soy mi pro-yecto” (Feinmann, 2008, p. 278-279). Ser auténtico es admitir valientemente que nuestro tiempo es finito y que el paso del tiempo nos devora como el dios Cronos a sus hijos.

El ser autentico no tiene miedo a la muerte y no se angustia de la nada. La muerte es la posibilidad más propia de todos los seres auténticos. “La muerte, como fin del Dasein, es la posibilidad más propia, irrespectiva, cierta y como tal indeterminada, e insuperable del Dasein” (Heidegger, 1997, p. 255). Entonces, la muerte es el corazón de todas mis posibilidades. El ser auténticos sabe que es:

“irreferente, la muerte me singulariza: ella es sólo mía y de nadie más; por ser irrebasable, el Dasein no puede ir más allá de ella; por ser cierta, la muerte es la posibilidad más segura de la existencia; finalmente, por ser indeterminada, la muerte es siempre ya posible.  (Aucar, 2021, p. 102)

En fin, ni muriendo seré algo porque el ser ahí ya no podrá ser en el futuro. El poder-ser del auténtico llegó a su fin. Ya no será más proyecto. El ser auténtico es el ‘aún no’ o “es siempre posibilidad, la muerte no es algo que venga a sumársele y a totalizarlo. El ‘ser ahí’, cuando muere, y porque es siempre ‘ser posible’, no es un todo. El ‘ser ahí’, cuando muere, deja de ser” (Feinmann, 2008, p. 284). El ser auténtico experimenta su propia muerte, consciente de que su ser le abandona para siempre y grita para sí: ¡nadie puede morir por mí! ¡Hombres, ningún Dios me espera en el más allá!

Referencias:
  1. Aucar, M. C. (2021). Ser sí mismo auténtico. Existencia, facticidad e instante. Studia Heideggeriana, 10, 91–109. https://doi.org/10.46605/sh.vol10.2021.149

  2. Feinmann, J. P. (2008). La filosofía y el barro de la historia. In Titivillus (Ed.), Lectulandia, ePub r1.0. https://psicologiaen.files.wordpress.com/2017/06/feinmann-la-filosofia-y-el-barro-de-la-historia.pdf

  3. Heidegger, M. (1997). Ser y tiempo (E. Universitaria, Ed.; Primera Ed). Traducción de Jorge Eduardo Rivera C.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *