Juan Quispe Rodríguez
jquispe@unah.edu.pe

El agua como recurso hídrico del planeta es indispensable para la humanidad cuyo ciclo hidrológico es de vital importancia para el buen funcionamiento de los ecosistemas en la Tierra, puesto que de él dependen la totalidad de los seres vivos,


metafóricamente hablando podríamos decir que “el agua es vida” sin embargo debemos estar conscientes que de toda el agua disponible en el mundo tan solo el 2 % es agua dulce disponible para los seres vivos.

El agua es parte de la naturaleza, componente de los ecosistemas de nuestro planeta, es vital principalmente para el sostenimiento y la reproducción de la vida y es un factor indispensable para los procesos biológicos, en este aspecto, este líquido vital constituye más del 80% del cuerpo de la mayoría de los organismos vivos e interviene en la mayor parte de los procesos metabólicos que se realizan en los seres vivos, además interviene en el proceso de fotosíntesis de las plantas y es el hábitat de una gran variedad de seres vivos, por ejemplo algunos autores manifiestan que los vegetales tienen más agua que los animales, del mismo modo esto también varía con la edad, los individuos jóvenes tienen más agua que los adultos.

Nuestra sociedad necesita el agua para generar y mantener el crecimiento y desarrollo económico a través de actividades importantes como la agricultura, la pesca, producción de energía, la industria, el transporte y el turismo, siendo el agua un elemento de trascendental importancia, inclusive en el momento de decidir dónde establecerse y cómo utilizar los terrenos, inclusive puede crear conflictos geopolíticos, sobre todo cuando hay escasez, claro está en nuestro propio bienestar y más aún en estos tiempos de la pandemia del COVID-19, se exige no solo agua potable limpia, sino también agua abundante y limpia para la higiene.

La contaminación del agua y la escasez del mismo son amenazas plausibles que inciden en la salud humana y su calidad de vida, sin embargo, la incidencia ecológica es mayor, por lo que resulta de vital importancia el flujo libre de agua no contaminada para el sostenimiento de los ecosistemas que dependen de este líquido elemento, por todo ello, es preciso su conservación y uso racional.


Siendo el agua fundamento de la vida: un recurso crucial para la humanidad y para el resto de los seres vivos, todos la necesitamos y no solo para beber, sino para actividades importantes como el uso en la producción de alimentos, nuestros ríos y lagos, nuestras aguas costeras, marítimas y subterráneas, constituyen recursos valiosos que es preciso proteger.


Fuente: Fan del Agua

Existen algunas buenas prácticas agronómicas, agroecológicas y tecnologías para el manejo sostenible de suelos que favorezcan la conservación del agua, reflejan la importancia de una decisión integral en la conservación del suelo y agua, así como de los otros elementos del entorno eco sistémico natural.

En relación al manejo sostenible del agua, el aporte principal de estas tecnologías es en relación a su apoyo a la zona de recarga hídrica o fuentes de agua en el entorno de las cuencas y microcuencas hidrográficas, su implementación permite que los agricultores puedan realizar sus procesos productivos de manera sostenida y de protección del medio ambiente.

Finalmente, dentro de las tecnologías más efectivas y apropiadas en la región se pueden mencionar las siguientes:

  • Acequias de retención e infiltración de agua
  • Captación de agua siguiendo las curvas de nivel
  • Uso del rastrojo como “manto protector”
  • Captación y retención de agua en terrazas
  • Adoptar una tecnología de riego adecuado para las zonas de agricultura intensiva
  • Construir diques o reservorios de agua en las microcuencas o “quebradas” de ríos

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