Rene Antonio Hinojosa Benavides

La mayoría de nosotros pensamos en las plantas como fuentes maderables y alimenticias, que en la naturaleza proporcionan un lugar con condiciones apropiadas para que vivan numerosas especies, agregando aparte los innumerables beneficios potenciales de afrontar las consecuencias de las actividades industriales.


Hoy en día se reconoce que las plantas desarrollan la transformación del dióxido de carbono, y actualmente se ha empezado a reconocer su utilización en el tratamiento de aguas contaminadas, aperturando así un espacio en el control de la contaminación ambiental, acuñándose el neotérmino Fitorremediación que consiste en la utilización de plantas para corregir la contaminación del suelo. Durante mucho tiempo, diversas acciones antrópicas han contaminado los suelos, como por ejemplo la minería que al sustraer materiales del subsuelo, traslada y deposita en el ambiente metales que no se encontraban en la superficie de manera normal, además algunos de los procesos de esta industria duplican la utilización de mercurio o arsénico, materiales sumamente tóxicos para la salud humana y de los ecosistemas.

Actividades que se desarrollan en talleres mecánicos vuelcan en el ambiente metales, aceites y combustibles que dañan el suelo y contaminan fuentes de agua, es así que la industria del calzado expulsan al ambiente cromo, arsénico y diversos compuestos orgánicos usados obligatoriamente en el curtido y preparación de pieles; de tal manera que la correspondiente limpieza o remediación del suelo a través de procesos de ingeniería, resulta muy costoso y a la vez complicado, por lo que resulta de suma importancia abordar alternativas efectivas y menos costosas como la presencia de hongos y bacterias que tienen la habilidad de tolerar y absorber importantes concentraciones de metales dañinos, así como también a diversos contaminantes orgánicos, sustrayéndolos del suelo para procesarlos en su interior, reduciendo su toxicidad, limpieza de esta forma el suelo y el agua.

Diversos estudios científicos indican que las plantas sembradas en el suelo, secuestran y/o  degradan los contaminantes, para lo cual paulatinamente alteran la estructura, composición y propiedades del suelo hasta que el contaminante se extinga; y es que el término fitorremediación enmarca una serie de fitotecnologías que se diferencian entre sí en cuanto a sus mecanismos fisiológicos implicados en la recuperación de los suelos contaminados, por lo que se resalta cuatro tipos de fitorremediación:


Fuente: E-Prints Complutense – Universidad Complutense de Madrid

 

  1. Fitoestabilización. Consiste en la reducción de la movilidad de los contaminantes en la zona de estudio, gracias a la producción de compuestos químicos que absorben y forman complejos que inmovilizan estos elementos contaminantes.
  2. Fitodegradación. Es la incorporación de las sustancias contaminantes al metabolismo de las plantas y su posterior degradación a través de las enzimas vegetales.
  3. Fitoextracción. Consiste en la captación de contaminantes por medio de las raíces de la planta, para ser acumulados en sus tejidos o para ser traslocados hacia los tallos y hojas.
  4. Rizodegradación. Es la destrucción del contaminante en la zona que rodea a las raíces de la planta utilizada, debido a la secreción de sustancias que suministran nutrientes para mejorar el metabolismo de los microorganismos.

 

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