Ketty Marilú Moscoso Paucarchuco

“Pertenezco a la élite de las tropas de choque y por lo tanto seré el más resistente y el más veloz; me endureceré para soportar mis sufrimientos,


el trato duro, el aislamiento, el dolor, el cansancio, la sed, el hambre, la fatiga y el calor, porque soy COMANDO; la palabra rendición no existe en mi vocabulario…”. Credo Comando, Ejercito del Perú.

Los militares han salido a las calles debido a una medida constitucional, que declara a nuestro país en estado de emergencia, para afrontar al enemigo silencioso responsable de la pandemia mundial el SARS-CoV-2 (COVID-19), su deber es cuidar y proteger el orden interno; se les permite restringir el ejercicio de derechos como la libertad personal, inviolabilidad de domicilio, libertad de tránsito y reunión, entre otros; están facultados para usar la fuerza y en ocasiones que lo ameriten “disparar a matar”.

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Más fuerte que nunca, la feminización de los ejércitos busca cambiar el carácter machista y discriminador, abriendo puertas a un cambio social, que busca la igualdad de oportunidades entre todos; se observa de manera común el logro de altos grados ocupados por mujeres, quienes gracias a ello mejoran su condición económica y el de sus familias; los civiles para dar fortaleza a ese cambio, debemos enmarcarnos en el respeto; que en estos tiempos se ha perdido.

Abofetear a un irresponsable imberbe casi le cuesta el cargo por baja al capitán Christian Cueva Calle, quien a inicios de la cuarentena hizo respetar el horario establecido para la inmovilización social obligatoria. La presión social y mediática jugaron sus fichas, es así que el Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas del Perú tuvo que pronunciarse mediante un comunicado, indicando que este singular servidor, por no decir recto personaje, no fue dado de baja ni mucho menos retirado del servicio; se extraña a combatientes como el asignado para frenar la propagación de esta maldición, a casi 60 días de esta “cuarentena”.


Fuente: RPP

Separar del ejercito a belicosos de alto grado, es una obligación; cuando existe sobrevaloración en compras de bienes o prestación de servicios, cuando se haya cometido delitos como colusión o peculado, sancionarlos penalmente, destituirlos o darlos de baja, son opciones aplicables bajo la justicia militar, pues olvidaron su educación castrense, donde se sobrepone “COMANDO NUNCA MUERE”, porque en batalla, a la muerte del capitán, el que sigue en el mando se determina por antigüedad y rango, lo refrenda Julio Camargo en su publicación “Años de Oro”, así que, los siguientes deben cuidar la buena imagen de tan importante institución.


a pesar de todo muestran la dureza de su formación, quienes decidieron no desertar, hoy se esfuerzan para elevar el honor y prestigio de su batallón, haciendo que nuestra Patria


Hasta el perro más manso saca su furia con tanto hostigamiento y lo único que hacemos es pisarle la cola para que se ponga agresivo, civil que perturbe la paz y el orden, que incumpla normas, que agreda o provoque a un militar, debe rogar para que no llegue el momento de desagracia que el mismo provocó, ellos nunca se van a dejar, ni siquiera les dará tiempo para arrepentirse, pobre de aquellos que estén ahí cuando carguen sus armas y los apunten contra sus cabezas, les gusta la explosión, disfrutaran de tu dolor, no te fíes de tu suerte, con pataleos o arañazos no los vas a amilanar, ellos suelen repetir “de la cárcel algún día se sale, pero de la tumba jamás”.

Muchos mueren y están enfermos, a pesar de todo muestran la dureza de su formación, quienes decidieron no desertar, hoy se esfuerzan para elevar el honor y prestigio de su batallón, haciendo que nuestra Patria se sienta orgullosa de ellos.

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