Fuente: El mundo de Vero
José Luis Escobar Morán

La historia del pensamiento en el Perú, desde el siglo XVII, se encarna en autodidactas geniales, desde Pedro de Peralta hasta María Rostworowski, pasando por Mariátegui y Emilio Choy;


en permanente diálogo y debate con brillantes académicos de su época. A pesar del nombre o la nombradía de los académicos, siempre serán más recordados, por lo tanto, trascendentes los autodidactas.

Realidad que podemos atribuir a las formas de aprendizaje de cada segmento, los autodidactas tienen y desarrollan sus planteamientos desde una visión universal, desde el todo a la parte; mientras que el académico se especializa, y organiza sus formas de adquirir conocimiento, en función a su especialidad. El primero con un aprendizaje asistémico, aprende como lo hicimos siempre, teniendo el todo como visión; el segundo, sistémico, estructurándolos a su sistema de saberes, limitados solo a una parte del hecho que se investiga.

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Las formas no son contradictorias, el autodidacta da la extensión y el académico la profundidad al nuevo conocimiento, son compatibles; ambos abren camino, para la experimentación de uno o la especulación del otro y van creando así alternativa o conjuntamente el nuevo conocimiento. Esta relación simbiótica, entre lo formal y las formas de percibir la realidad como lo hacemos naturalmente, totalizadora y funcional, es la manera como avanza el conocimiento, no solo científico, también el empírico.


Fuente: Radio RSD Chimbote

Todos esto viene a cuento, por la forma como se proyecta la educación, o instrucción, universitaria; actualmente se trata de unir en el profesional las características de ambos grupos; por ello, las universidades integrantes del Consenso de Bolonia, todas del primer mundo, han decidido que los contenidos del pre grado tienen que ser los más generales posibles, que la especialidad se hace en los diferentes niveles de post grado. Contrariamente, en las universidades peruanas, especialmente las provincianas y particulares de bajo nivel, la súper especialización es la norma; una muestra superlativa es lo que pasa en la UNSCH, donde no se acepta realizar los estudios generales (serie 100), y continúan con el Plan de Estudios del 2004, contraviniendo todas las disposiciones de la Ley Universitaria.


en la UNSCH, donde no se acepta realizar los estudios generales (serie 100), y continúan con el Plan de Estudios del 2004,


Las consecuencias no pueden ser otras, los egresados de las ingenierías se quejan que en las empresas que operan en su ramo no los consideran como profesionales, al momento de buscar trabajo tienen que resignarse a ser considerados “obreros calificados” y con alguna razón; pues, un profesional debe ser capaz de tomar decisiones, a tener una visión general del campo social, político y económico, en que se desenvuelve su centro de trabajo, para poder hacerlo, su formación debió tener contenidos generales, que le den esa visión.

En esta época de crecimiento continuo de la “inteligencia artificial”, para nuestros ingenieros el horizonte es muy oscuro, ya que fácilmente serán reemplazados por robots y computadoras. Ya se han construido tres puentes con impresoras 3D, el mayor de 14 mts de Luz y se hacen edificios enteros con esa técnica, si el profesional no puede decidir, no es profesional sino técnico.

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