Fuente: La Mente es Maravillosa
Rosa Cecilia González Ríos
rgonzalez@unah.edu.pe

A previos días de cumplir años, imaginaba cuan reflexivos y analíticos pueden ponerse aquellos instantes que te invitan a evocar el tránsito de tu vida, el paso del tiempo, de los momentos que te hicieron vibrar o te quedaste sin palabras, que imaginaste haber conocido a las personas perfectas y sin embargo solo pasaron para dejarte moralejas,


o esperar que sería eterno estar con los tuyos cuando ya había designios que marcaron el destino con límites de tiempo por cumplirse, o quizás pensaste tener una vida resuelta pero las sorpresas siempre llegan, pues sucedió todo eso y más. Seguimos viviendo, echándole ganas a cada amanecer.

¡Qué puede significar la existencia! un año más de vida o un año menos de vida, si aplicamos una encuesta, estoy segura habrá una variedad de reacciones e interpretaciones, es que no miramos a través de los mismos ojos, ni con el mismo corazón, menos razonamos con la misma mentalidad, la diversidad de sentimientos prevalece de pronto, algunos podrán mirar su camino con alegría y esperanza, mientras otros lo consideren desolador y hayan llenado su alma de desdicha, otros consideren que aún no vivieron y recién empezarán a hacerlo, otros pueden estar resignados y decidieron no reinventarse, mientras otros continúan en el intento de transformación y encontrar más oportunidades.


Somos conscientes de tanta disparidad, capaces de encontrarnos en la realidad, cumpliendo un rol desde donde estamos. Somos seres humanos, eso se nos atribuye por nuestra naturaleza, pero no resulta humano en absoluto, los comportamientos observados a nuestro alrededor, esa es otra verdad.


Fuente: masfe.org

Será fácil responder, ¿Eres feliz? Descubrir nuestro mundo interior no resulta ser una tarea sencilla. Y el primer obstáculo lo encontramos en no hacernos a menudo preguntas que nos ayuden a comprobar el grado de satisfacción que tenemos con nuestras vidas. Sé que es complicado definirla porque no encontraremos una verdad universal y única, cada uno puede tener su propia definición y representarla a su manera.

Me inclino por pensar que para la felicidad no existe una receta única, pero cada uno debería buscar la suya propia para vivir una vida plena, es un camino al que vamos buscando siempre, en todo momento, que involucra momentos de alegría, de levantarnos cada mañana con una agenda y a pesar de ello, superar las improvisaciones, ir a la cama con la satisfacción que aprovechamos el día de la mejor manera, de saber a los tuyos con salud, de fundirte en los abrazos cálidos, de pensar que Dios y tus ángeles te bendicen y acurrucan tus sueños, un tipo de tranquilidad dentro de una euforia calmada.

Sin embargo, no te exime de seguir explorando tus emociones, de regular las velas de nuestro barco que pueden estar un poco a la deriva. Este proceso tiene que ver con lo dinámico que, con lo estático, porque en el movimiento es donde nos conjugamos.

La felicidad no se mide con la cantidad de años, es lo que hiciste con los años y en ocasiones solemos valorarla cuando se ausenta. Como dice Henry David Thoreau, “La felicidad es como una mariposa, cuanto más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro.”

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