Roly Auccatoma Tinco

Hoy la humanidad está siendo azotada por el Covid-19. En el Perú, el año de la universalización de la salud está colmado de incertidumbre, aunque los científicos están investigando la forma de combatir


esta pandemia, pero para la gente por algo pasan las cosas. Por otro lado, en esta situación, la gente está realizando interpretaciones, manifestando su mayor miedo a la muerte; este gran misterio que siempre está presente y que no puede ser olvidado, el cual termina en las fosas comunes.

La gente hace filosofía en la calle y arguye todo su pensar, declarando posturas divergentes. Una de ellas es la ecologista que deifica a la naturaleza, argumentando que Covid-19 es producto de la venganza de esta, ya que está siendo devastada por el antropocentrismo, es decir, varios seres vivientes han sido extinguidos; aunque, la naturaleza está más allá del bien y del mal, siendo moralidad solo de los hombres. No obstante, su fundamento se halla en que la madre tierra, Pachamama, está siendo desacralizada y arrasada por el hombre de razón, situación ante la cual responde para darse un equilibrio en el intento de recobrar sus fuerzas ante tanta contaminación.


Fuente: Pacifista

Otra postura es la de la gente cristiana que afirma que esta pandemia es un castigo de Dios, pues todo está escrito en las sagradas escrituras, con esto reafirman la linealidad de la historia y la predestinación; además, manifiestan que la segunda venida se aproxima. Por otro lado, afirman que las vacunas contra la Covid-19 traerán la marca de la bestia (666), la cual instaurará el nuevo orden mundial del Anticristo. El hombre se merece este virus porque desobedeció a Dios legitimando el aborto, el matrimonio gay, además de otras inhumanidades.


Estos aluden que están haciendo todo para salvar vidas, los bonos son para todos, los policías y los militares contagiados son bien atendidos,


Del mismo modo, también existe la gente que, cual médico, va dando recetas médicas para todos los gustos, aludiendo haber descubierto el medicamento que viene a ser la cura para el Covid-19 y te da ingredientes para prepararla. Entonces, solo queda tener paciencia de cocodrilo para esperar el medicamento que contrarreste este mal, aunque se puede observar que esta gente está perdiendo la batalla con su estómago, actuando cual mercader, pues el egoísmo le ha ganado.

Por último, se halla la postura de la gente política cuyo argumento es el equipamiento de los hospitales con tecnología de punta. Estos aluden que están haciendo todo para salvar vidas, los bonos son para todos, los policías y los militares contagiados son bien atendidos, además mencionan que no hay corrupción en la adquisición de los medicamentos y pruebas rápidas para combatir al Covid-19. 

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En conclusión, la gente aún no sabe que el antropocentrismo seguirá devastando la naturaleza y que ni el Covid-19 lo detendrá. Asimismo, se podría manifestar que Dios está jugando a las escondidas y que los hombres están completamente solos, por eso Jesús en la cruz se quejaba con un dolor insoportable y con una duda absoluta “¿Padre, por qué me has abandonado?”. La gente no sabe que no hay un medicamento oficializado que pueda contrarrestar al virus corona. Por último, la gente mala y egoísta seguirá siéndolo después del Covid-19, tal como lo dice Enrique Santos Discépolo en su tango Qué vachaché.  “… la panza es reina y el dinero es Dios”. La gente aún no sabe que necesita ser atendida por los profesionales especializados en hospitales bien equipados.

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