Mito de Pigmalión y Galatea

Pigmalión fue un famoso rey de Chipre, sabio, bondadoso y trabajador. Era un magnífico escultor que gastaba gran parte de su tiempo trabajando en sus esculturas. Estaba tan dedicado a su profesión que no tenía tiempo para hallar el amor. Así no había logrado encontrar esposa. Un día se propuso hacer la más hermosa escultura, la mejor de sus obras, una mujer ideal, esculpida en marfil blanco. Una mujer con una belleza inimaginable e inigualable.

Se dedicó con esmero a realizar esta obra y de este modo paso días y noches encerrado en su taller dando forma a esta mujer. Esculpió cada uno de los rasgos y las formas con mucho detalle y cuidado. Cuando termino su obra, el resultado era una doncella muy hermosa a la que vistió con las mejores ropas y adornó con bellas joyas. Todas las noches Pigmalión visitaba su obra, imaginaba como sería aquella mujer si viviese, si fuera de carne y hueso en lugar de marfil. Y así fue como Pigmalión se enamoró y se obsesiono con aquella mujer, le puso de nombre Galatea. La trataba con mucho amor y cariño, como si fuese un ser vivo, hablaba con ella todas las noches, la besaba y abrazaba, con mucha atención y mimos cuidaba de su bella Galatea. Una noche mientras se celebraba una fiesta en honor de Afrodita, Pigmalión que como siempre se encontraba pensando en Galatea, se arrodillo frente a la estatua de la diosa y le suplico de rodillas que diera vida a su obra. La diosa se apiado de él y dio vida a Galatea transformándola en una mujer de carne y hueso. Cuando Pigmalión regreso a su taller, triste pensando que su obra siempre sería una escultura de marfil, se acercó a hablar con ella y suavemente beso sus labios. Al hacerlo no notó el frío marfil, sino los cálidos labios de una mujer. Galatea en ese preciso momento cobró vida y se enamoró perdidamente de su creador, que con tanto cariño la había tratado y tantos mimos le había dado. Pigmalión se casó con Galatea, que se convirtió en reina de Chipre y tuvieron varios hijos, reinaron felices y agradecieron siempre su amor a Afrodita. (2023, Educa y Aprende).

El mito de Pigmalión y Galatea fue trasladado al ámbito de la educación y probado experimentalmente (Rosenthal y Jacobson, 1964) denominándose El efecto Pigmalión o Profecía autocumplida, para indicar que las expectativas que otras personas (padres, profesores, líderes, jefes) tienen sobre nosotros (hijos, alumnos, empleados) respecto a determinadas cualidades, capacidades o atributos que podemos alcanzar en un futuro, pueden convertirse en realidad o pueden aumentar las probabilidades de que se cumplan las expectativas y creencias depositadas en nosotros por los adultos o mentores a los que estamos sujetos en determinadas situaciones de la vida (familiar, educativa, institucional, existencial, espiritual o relacional). Dichas expectativas o creencias pueden ser tanto positivas como negativas y se suelen dar en un marco de convivencia y relación cercana entre la persona que proyecta las expectativas y la persona que las recibe y las capta, consciente o inconscientemente, con la intuición, los sentidos, la emoción y la cognición. Muchas veces, el efecto Pigmalión, se puede manifestar sin tener conocimiento de dicho proceso, es decir, nace de manera espontánea sin lógica, sin darte cuenta de ello, en una transferencia de procesos psíquicos inconscientes a modo de vasos comunicantes, entre profesores y alumnos, o entre padres e hijos. 

La diferencia de orden superior estriba en reconocer que dichos procesos proyectivos y empáticos existen y tienen un impacto posterior, positivo o negativo, en las consecuencias de las expectativas que tienen los profesores sobre los alumnos, como ejemplo paradigmático. El ser consciente de estos procesos se puede convertir en una estrategia didáctica para la enseñanza educativa de cualquier nivel y en cualquier ámbito. Como consecuencia del efecto Pigmalión nace el efecto Galatea, el cual podemos definir como las expectativas y las creencias que tiene el alumno sobre sí mismo para alcanzar determinadas metas u objetivos; en este caso, terminar la carrera de artes plásticas, sustentar la tesis de investigación artística, desarrollar o definir el estilo pictórico en la corriente de la pintura mitológica, por ejemplo.

Antes de describir mi experiencia con el grabador Santiago Alberto Quispe Palomino, “Quispejo”, paso a describir lo que, para mí, desde mi experiencia y criterio, serían dos ejemplos negativos del efecto Pigmalión, es decir, que podrían producir el efecto inverso de lo que se esperaría de un docente-padre sobre sus alumnos-hijos. Para este juicio que emito, también habría que analizar al sistema educativo, y al profesor más allá del aula, de su rol de conocimientos sobre una materia, es decir, su propia psicología y su desarrollo personal en la vida. El primer ejemplo sería el profesor que siendo tu docente de pintura en cuarto año (2022), cuando llegas a quinto año de pintura (2023), un día antes de empezar las clases de quinto año, te llama aparte en la puerta de la calle para decirte: “tú ya no te salgas de tu línea, tu estilo es naif, deja ya lo académico; dime, quiero saber cómo publicar un artículo”. Posteriormente, cuando uno va de camino a casa, en la meditación dinámica, observándose a sí mismo, empiezo a asociar las ideas que me ha dicho el profesor sobre que “deje lo académico y que mi estilo es naif”. El burro de la mente empieza a responderse: claro, es que tú no prácticas, tu trabajas y eres más teórico, pones resistencia mental a la práctica; claro, será que hasta aquí he llegado. Sin embargo, en otra fase del pensamiento crítico, me empiezo a responder analizando retrospectivamente la convivencia y las actitudes del profesor durante todo el año: no, esa no es una respuesta de un profesor a un alumno que aún está formándose, debería entender que tengo otras circunstancias, o no poner una categoría fija en cuarto año, cuando el aprendizaje es un proceso y la misma institución está en un proceso de mejora creciente de acuerdo al PEI (Proyecto Educativo Institucional); él era dejado con los alumnos en la clase, siempre estaba solo en el patio, también tenía sus trifulcas infantiles con otros docentes; parece que presenta ciertos rasgos  de carácter narcisistas; creo que es un tema personal del profesor, que responde a su psiquismo, ¿tendrá miedo de algo el profesor? ¿reflejará emociones negativas por su parte? ¿se habrá estancado el profesor en su vida personal y profesional que algo de mi le hace que sea así conmigo? Si me pone un 12 de calificación final, psicodinámicamente, ¿será su propia nota que habla más de él que de mí?, ¿su estado mental existencial actual? Y por mi propia interpretación, ¿será un 21 en potencia futura y no en su presente estancado? Seguro que padecemos una crisis personal y una anorexia del sistema educativo.

El otro ejemplo, sería el de un profesor nuevo encargado de impartir el curso de prácticas pre-profesionales. Al llegar a clases el primer día, dice: bueno jóvenes, yo tengo un conflicto existencial con este curso que me han dado. Desde ese primer momento y mensaje, sería motivo para ponerlo en “cuarentena”, porque da síntomas de no ajustarse al reglamento de prácticas pre-profesional. Un profesor que tiene su correspondiente nivel pero que no aporta nada nuevo cuando identificas un patrón que se repite aproximadamente durante cinco años de manera consecutiva, en la misma línea temática y teórica; con un par de cursos en los primeros años sería suficiente para toda la carrera, o si no, que generase su propia línea de investigación avalada por la institución de acuerdo al PEI. Entonces, debido a su tendencia y predominancia teórica, le es difícil adaptarse a cursos que exige la malla curricular y que se alejan de sus competencias actuales y reales de acuerdo a su perfil profesional. Sin embargo, analizando el efecto Pigmalión desde la psicología educativa, manifiesta un no acuerdo con las prácticas pre-profesionales vigentes y un cierto desprecio hacia el título de la licenciatura diciendo: “el título no vale para nada”. Considero que genera una confusión en el mensaje emitido hacia los alumnos de quinto año que van a egresar cuando el profesor por otro lado dice: “estoy haciendo mi doctorado, y tengo una maestría”. ¿Acaso la maestría y el doctorado no son títulos que te permiten ejercer la cátedra y una cierta “autoridad ideológica” en el ámbito académico? Implícitamente y explícitamente, convierte en temática de clases su propia problemática, no resuelta, donde se manifiesta sutilmente un efecto Pigmalión negativo o bloqueante en los mensajes emitidos. En todo caso, tendría que matizar los significados y los sentidos y venir con las propuestas educativas avaladas y aprobadas previamente por la institución, atendiendo a una ética política, es decir, una ética institucional. De todas maneras, ya sabemos que padecemos de una crisis en el sistema educativo actual; lo que estamos analizando es como se manifiesta el efecto Pigmalión sin darnos cuenta, tanto negativa como positivamente. Aquí no se trata de generar un clima de camuflada desconfianza y hostilidad, ni tener un respaldo silencioso de los colegas (Ayacucho, 18 de febrero de 2022).

Sobre la base de la presentación del mito de Pigmalión y Galatea y su aplicación científica al ámbito educativo y social, dedico este escrito a mi profesor y grabador Santiago Alberto Quispe Palomino, conocido en su entorno como “Quispejo”, exdocente de la Escuela Superior de Formación Artística Pública “Felipe Guamán Poma de Ayala” de Ayacucho. “Quispejo”, a partir de una práctica en el taller de pintura sobre grabado-pintura, me llevó a su taller de grabado para continuar con mi propuesta sobre “la araña y la antropología de la corrupción”. Se inició una comunicación y visitas continuas al taller donde poco a poco me iba hablando sobre aspectos del arte, el grabado, la vida, el futuro. En mi actitud de escucha empática y conocedor a conciencia del efecto Pigmalion y Galatea, fui interiorizando las palabras que me decía, analizándome en mi actitud mental y práctica. Después de terminar el grabado titulado “del génesis a la genética cultural”, se habían generado una serie de ideas y proyectos filosóficos- artísticos sobre el grabado que quedaron escritas para continuar en el siguiente semestre. Incluso mi idea del nombre artístico nació en este taller: “WAMAN KASS”. Hice otro grabado sobre un dibujo que había hecho durante el periodo de pandemia, el cual es el que aparece en la portada. Sin embargo, cosas de la vida, al llegar el siguiente semestre, había cesado como docente, por lo que ya no me quedaba otra que generar por mí mismo el efecto Galatea. Las ideas anotadas fueron:

  1. Libro “Reflexiones xilográficas”
  2. Grabado sobre el Cóndor Basilio (quedó en el dibujo esquemático en papel)
  3. Serie de doce grabados sobre el calendario comunal de la comunidad ashaninka de Sampantuari.

Para terminar, trascribo las palabras que pude anotar de “Quispejo” y un par de notas fechadas:

“No te dejes llevar por nadie, quítate esa idea de que no puedes, tú tienes inquietudes y sabes muchas cosas, tienes buenas ideas, solo es practicar y ponerlas en tus pinturas y grabados. Tú tienes tu propia línea natural, te sale de ti, solo tienes que seguir practicando para desarrollar esa línea. Y seguir estudiando filosofía, semiótica, estética, y entender lo que dicen los libros de filosofía, no es leer por leer. Toma este catálogo de grabado para que te hagas una idea y este catálogo de arte indígena. Tienes que presentarte a las bienales y exposiciones. Terminas en la escuela de Bellas Artes y te vas a otro lado, a México, Colombia, Ecuador, Francia, España. Terminas y te vas…. Tienes que estar tranquilo, dominar tu pulso, tu futuro está en el grabado, tremendo pulso tienes. Tú tienes que llevar tus matrices a los aeropuertos y mientras esperas el avión te pones a desbastar. En tus conferencias tienes que llevar preparados tus grabados pequeños y mientras esperan cuchareas en el momento y le haces ver cómo es la técnica del cuchareo. Puedes hacer tu tesis mixta, como grabado-pintura, sobre los mitos ashaninkas”.

Con Santiago Alberto Palomino Quispe en el taller de grabado-ESFAPA-Ayacucho

Fecha: 22-11-2022
Hoy por la mañana fui al taller de grabado con Quispejo. Llevé la matriz, la copia en A3, el calca. Calcamos el dibujo en la matriz, luego le pasé con tinta china a todo el dibujo lineal, después le pasamos la tinta azul para mañana empezar a desbastar con las gubias en diferentes tipos de trazos y direcciones, buscando las luces y las sombras con los contrastes, haciendo tramas y texturas con los espacios de las líneas.

Fecha: 02-12-2022
Quispejo me comentó que anoche se acordó de que las líneas que se empezaron a hacer en vertical hacia el sol por encima del cerro, son en horizontal. Líneas horizontales para generar otra línea estética y del contraste de luz y sombra, separando los planos de la tierra y el cielo. Para hacerlo más claro hay que hacer incisiones con la gubia más cercanas entre las líneas o espacios homogéneos más devastados. Para hacer las partes más oscuras se espacian las líneas. En el plano de arriba del cielo vamos a hacer otro tipo de línea y dirección. Hay que leer filosofía para desarrollar mis propias ideas creativas y filosóficas. Cuando te canses de hacer grabado combinas con la lectura filosófica y al revés. Las gubias entran en fricción con la madera y se calientan, empieza a salir el trazo más grueso. En ese momento dejarlo y leer filosofía.

«TODOS SOMOS GENIOS, PERO SI JUZGAS A UN PEZ POR SU HABILIDAD PARA TREPAR ÁRBOLES, VIVIRÁ TODA SU VIDA PENSANDO QUE ES UN INÚTIL» 

Albert Einstein

Referencias:
  1. Educa y Aprende. (31 de agosto de 2023) Mito de Pigmalion y Galatea. https://educayaprende.com/mitos-y-leyenda-pigmalion/

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