Fuente: Web y Empresas
Ketty Marilú Moscoso Paucarchuco
kmoscoso@unah.edu.pe

La gestión estratégica, se originó a principios de la década de 1960, fue ampliamente aceptada como campo científico en la década de 1980, desde ese entonces ha experimentado un progreso espectacular y exitoso.


Las escuelas de pensamiento dominantes y la reorientación del campo han llevado a la polarización y la fragmentación, lo que ha dado forma a la acumulación de conocimiento.

Para estudiar la evolución del campo, los académicos han propuesto clasificaciones de escuelas o modelos de estrategia. La gestión estratégica ha sido reconocida como un cuerpo de investigación multiparadigmático. No existe un «paradigma unificador», mientras exista combinación de raíces interdisciplinarias y multidisciplinarias.

Muchos consideran que la estrategia es una discusión paradigmática demasiado ambiciosa. Sus modelos clásicos se conocen como «política y planificación empresarial» y representan los orígenes de las llamadas escuelas de diseño y planificación de la estrategia. 

En 1960, la investigación sobre estrategia era normativa, y las generalizaciones surgían de los estudios de casos, que se tradujeron a la práctica gracias a la intervención de grandes empresas de consultoría. En 1970 se produjo una lenta toma de posesión por parte de la investigación de la organización, la sociología y la ciencia política, que se respaldaba conceptualmente en diversas teorías.

Las nuevas ideas de la economía organizativa también entraron en el debate sobre la estrategia. En particular, la economía de los costes y la teoría de las organizaciones, influyeron en el desarrollo de la investigación estratégica. Se vincularon, la elección de los recursos organizativos y los resultados de las empresas, destacando la importancia de la heterogeneidad y la conducta de las organizaciones, así como la relevancia de los factores del entorno. 

Más adelante, el rendimiento de la empresa se fortalecía en la capacidad para crear y mantener una ventaja competitiva con respecto a sus competidores en el mismo sector o, es decir, en lo bien que la empresa se posiciona y se diferencia en el sector. 

La visión basada en los recursos, surgió a finales de la década de 1980, supuso un nuevo enfoque en la empresa, los recursos y capacidades, explican la posesión de una ventaja competitiva y sostenible sobre los competidores, en 1991 que incluyeron ideas como el aprendizaje organizativo, la creación de conocimiento y la gestión del conocimiento.

Los estudiosos de la estrategia suelen diferenciar entre la investigación sobre el contenido de la estrategia y la investigación sobre el proceso de la estrategia; la primera se centra en vincular las decisiones y estructuras a los resultados, y la segunda se centra en las actividades que impulsan y sostienen la estrategia.


La investigación del proceso estratégico se desarrolló a la sombra de la investigación del contenido de la estrategia basada en la economía, después, se apoyó en la teoría de la contingencia y el concepto de «ajuste». Se aplicó la psicología cognitiva y social a la teoría y práctica de la estratégica llamada la escuela de la «estrategia conductual». 

Fuente: Poliestudios

Las teorías cognitivas se centraron en las estructuras de conocimiento, la memoria, la atención, la atribución y la resolución de problemas. La evolución supuso planificación y diseño prescriptivas y una migración conceptual hacia un mayor reconocimiento del contexto, los valores, la cultura y la política en el pensamiento estratégico. Así, los académicos europeos señalaron la necesidad de ir más allá de la economía, hacia la sociología.

El campo de la gestión estratégica no se define por ningún paradigma teórico concreto, sino más bien por unas pocas cuestiones canónicas principales sobre las diferencias en el comportamiento, el rendimiento de las empresas, y el valor añadido por la alta dirección (y los mandos intermedios) de estas. La mayoría de aportaciones conceptuales en materia de gestión estratégica no inician un cambio radical de paradigma, sino que iluminan y avanzan las teorías (recibidas o importadas). 

Existe la oportunidad de seguir explorando algunas vías ya propuestas por los investigadores en estudios de organización y estrategia. Los ejemplos van desde la sustitución de paradigmas por discursos, buscar espacios de diálogo y zonas de intercambio. También incluye la creación de un sistema de referencia que actúe como un diccionario y la adopción de una posición filosófica realista, que comparta la posición constructivista y que ocupe un espacio caracterizado por el realismo ontológico y el relativismo epistemológico.

Como alternativa, se sugiere aceptar la lógica de los diferentes paradigmas (y por tanto la inconmensurabilidad) sin perder de vista el conjunto. La mayoría de las contribuciones conceptuales en la gestión estratégica suelen producirse en un espacio teórico y de cambios graduales en elementos del proceso de teorización. Por lo tanto, exponer y discutir los supuestos en la gestión estratégica puede servir de guía para el desarrollo conceptual futuro. 

Por último, un fenómeno puede abordarse con diferentes enfoques onto-epistemológicos (por ejemplo, utilizando diferentes supuestos filosóficos). Uno de ellos es el enfoque constructivista basado en la práctica para iluminar la dinámica de las capacidades, una concepción de las rutinas organizativas que suele implicar una ontoepistemología positivista/entitativa.

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