Fuente: Wall Street International Magazine
Roly Auccatoma Tinco
rauccatoma@unah.edu.pe

Aristocles, llamado Platón (el de las espaldas anchas), es un filósofo griego que, expuso sus opiniones filosóficas y social-políticas en sus obras, en forma de diálogos. Dedicó lugar principal a Sócrates considerando como el último sabio griego y fue su maestro.


Su obra fundamental de la filosofía política es La República y es un maestro occidental por sus concepciones políticas siguen vigentes en nuestro contemporáneo. Aquí le dedicamos su pensar política.

Pokrovski manifiesta que la política de Platón “instaba a la dictadura abierta de los “mejores hombres” sobre las masas de esclavos y desposeídos libres, y a la organización de la clase dominante sobre principios de vida militarista, y postulaba la solidaridad entre los libres frente a los esclavos”. (1966, p. 60),

En La República, Platón (1988, p. 55), nos describe acerca del Estado: “Un hombre se une a otro hombre llevado por la necesidad, y a otro, por otra diferente. Como las necesidades son múltiples reúne a muchos hombres en un mismo lugar, con la mira de ayudarse entre sí, y a esta sociedad llamamos Estado”. Es decir, la política de Platón es fundada como ciencia deduciéndosela de la justicia.

Para que exista una organización ideal de la sociedad y del Estado es necesario que exista la esclavitud. Y la población libre en el Estado ideal debe clasificarse en tres castas: los filósofos, que dirigen el Estado; los guardianes o guerreros que lo protegen; los artesanos y los labradores que suministran a los ciudadanos los bienes materiales necesarios.


Acepta la desigualdad social según la división del trabajo. A su juicio, la sociedad corresponde a las tres partes del alma humana: lo racional, la “anhelosa” y la sensual. La propiedad privada común, colectiva es para los filósofos y los guerreros, aunque debería de haber una solidaridad entre las dos partes de la sociedad.


Fuente: Wall Street International Magazine

Además, clasifica los Estados por el orden creciente de su alejamiento del ideal. El ideal es la Aristocracia, un Estado en el que gobiernan los mejores, los sabios; la Timocracia el gobierno de los más fuertes y más valerosos; la oligarquía, en el que el poder lo ejercen un puñado de ricos; sigue el gobierno de la democracia, del demo, del pueblo. Finalmente, la peor de todas las formas incorrectas es la tiranía.

Por otro lado, Barylko (2006, p. 34) afirma que “En lo esencial, todas las ideas de Platón tienen hoy validez.  Ahora bien: ¿Quién determina el deber ser de cada uno en su respectiva función? Nosotros, ¿Cómo? A través de los gobernantes que hemos elegido. Gobernantes platónicos. Hombres sabios que educan y enseñan a cada cual su deber y de ese modo protegen la armonía total de la sociedad”.

En este mundo de injusticia, de desigualdades, donde la mayoría son explotados, estos solamente venden su fuerza de trabajo e intelectual. Y la otra parte, que son la minoría, son los que dueños y amos del mundo, ellos que hacen y deshacen las leyes, para estos sí existe la justicia. Así, los intelectuales del poder legitiman e idealizan las teorías políticas de Platón.

En fin, Platón diría que la sociedad debe ser gobernados por los “mejores hombres”, filósofos y sabios; pero en la actualidad los que gobiernan son los que tienen más dinero.

Referencia bibliográfica:

Barylko, J. (1998). La Filosofía: una invitación a pensar. Editorial Planeta. Quinta edición. Buenos Aires-Argentina.

Platón (1988). La república. Lima: Editorial Mercurio S. A.

Pokrovski, V. S. y otros (1966). Historia de las ideas políticas. México: Editorial Grijalbo, S. A., D. F. 

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