Fuente: SciDev.Net
Rene Antonio Hinojosa Benavides

Los trastornos neuropsiquiátricos constituyen la primera causa de carga de enfermedad en nuestro país. 


Los estudios epidemiológicos muestran que aproximadamente uno de cada tres peruanos mayores de 12 años y uno de cada cinco niños presentarán un problema de salud mental en algún momento de su vida, constituyéndose por ello los centros de salud mental comunitarios (CSMC) creados ya en el 2017.

Una primera lección aprendida para los servicios de salud mental en medio de esta pandemia, es que las CSMC necesitan estar equipados con tecnologías de cibersalud adecuadas y con procedimientos para afrontar amenazas como la de los coronavirus, ya que estos centros deben poder gestionar consultas en línea, salvo en pacientes que están acostumbrados a consultas presenciales.

Esas consultas en línea deberían incluir información detallada de medicamentos, mantener comunicación con personas que apoyan a los pacientes que viven solos en casa, y asesoramiento para pacientes que viven en hogares con altos niveles de conflicto.

Similar apoyo también se requiere para familias que tienen hijos con déficit de atención, trastorno de hiperactividad o discapacidad intelectual. De igual modo estos centros en mención necesitan disponer de medios para brindan e-salud mental, y se implementen en diversos puntos estratégicos de una ciudad en todo el pais.


Así mismo, es necesario que haya un despliegue de intervenciones de grupos de autoayuda, muy importantes para mitigar las consecuencias dañinas de la cuarentena obligatoria. 


Fuente: Diario Médico

Otra lección es que los CSMC deben de asumir una posición de liderazgo en el manejo psicosocial de situaciones similares a desastres, ya que en el Perú muy pocos o ninguno de ellos están equipados en términos de habilidades, conocimiento y capacitación para intervenir en desastres naturales o de otro tipo.

Esto requiere la adquisición de nuevas habilidades: En primer término, el saber informar correctamente a la población sobre el riesgo. Mientras que la escasez de información puede ser perjudicial, nos hemos enfrentado a una sobrecarga de información sobre la epidemia y sus consecuencias que deben ser evaluadas, incluso en términos de traumatización secundaria, aumento del trastorno de estrés postraumático y reacciones de estrés.

La sobrecarga de información se ha caracterizado por información contradictoria de las autoridades, científicos con diferentes puntos de vista y los alarmantes medios de comunicación, que presumiblemente llevó a muchas personas a temer lo peor.

En segundo término, es importante adquirir habilidades para capacitar y difundir procedimientos preventivos y de gestión eficaces para desastres, incluido el desalentar la utilización de procedimientos ineficaces que es a menudo descrito como útil en los medios de comunicación).

En tercer término, es importante dotar de habilidades al personal de salud y a los socorristas, que a menudo están muy angustiados. En algunos CSMC han hecho esto, pero nuevamente, se deben seleccionar y difundir estrategias efectivas. Finalmente, es importante adquirir habilidades para apoyar a quienes están afligidos.

Además, los CSMC deben preparar planes para una rápida reorganización de las estancias hospitalarias y horarios de atención que incluyan las 24 horas del día en casos de emergencia para pacientes de estos centros.

2 comentarios en «La salud mental en tiempos de COVID-19»
  1. Saludos estimado Esteban, es un artículo periodístico. En un artículo científico si se colocan citas, ya sean parentéticas o narrativas.

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