Fuente: DW
Jesús Anatolio Huamán Rojas

Entender por qué enseñamos a que los estudiantes desarrollen competencias y no solo capacidades o contenidos o por qué debemos tener en cuenta ciertos procesos pedagógicos, didácticos y cognitivos para qué estos aprendan,


exige saber si está exigencia es puramente gratuita y natural o es algo impuesto desde los decisores de las políticas educativas, por ello, es pertinente la pregunta ¿lo que hace el profesor en clase será producto de su elección libre y plena para hacer lo que desee? la respuesta que debe ser clara y contundente en nosotros los maestros- de educación básica y superior-, muchas veces no lo es.

Una posición ubicada al extremo dice que todo lo que se hace ya está escrito por los “expertos” y se oficializa en la “normatividad” vigente, el otro extremo dice que todo lo planifica el docente según las necesidades de los alumnos, una posición que podría llamarse como síntesis, dice que si bien es cierto que hay una política educativa que dice lo que debe hacerse, el profesor dentro del aula es capaz de enriquecer o empobrecer los mandatos educativos y pedagógicos ¿cuál es lo cierto? a continuación se hará un breve esbozo de análisis

La sociedad, tiene diferentes tipos de relaciones sociales. Las relaciones económicas corresponden a cómo se organiza para producir y distribuir la riqueza producida, las relaciones políticas corresponden a la forma como los hombres se organizan para luchar por el control del Estado y de esa forma ejercer poder y tomar decisiones en diferentes dimensiones de la vida social, las relaciones culturales corresponden a las manifestaciones de creación material y espiritual expresado en costumbres, tradiciones, teorías, etc.

Las relaciones educativas corresponden a la transmisión de valores, conocimientos, actitudes de grupo o generación a otras; las relaciones sociales se dan en todas las relaciones descritas, pues comprende relaciones entre hombres.

Así mismo, entre todos esos tipos de relaciones descritas, existe una interrelación entre sí; sin las relaciones económicas no podría existir vida humana, sin ella no habría forma de satisfacer las necesidades materiales y espirituales, el poder político o bien obstaculiza o bien facilita la implementación de un modelo económico; y como ya se e dijo, las relaciones educativas se determinan por la política educativa.

De esta formulación, podría decirse que si se quiere entender la razón del porqué existe una u otra propuesta pedagógica y curricular en un país, es por las dimensiones económicas, sociales, políticas existentes en una sociedad. Todo ello quiere decir que la política educativa plasma las intenciones de aquello que se quiere hacer en el campo educativo, y, un instrumento primordial es el currículo.


Como puede verse en el campo educativo, la política educativa nada tiene de neutral o natural como muchas veces han intentado presentarlo. No es neutral porque lo determina El Estado, y el Estado siempre está en manos de determinadas clases, y se gobierna no para la sociedad, sino para ellos; y, no es natural, puesto que está determinado históricamente por las necesidades sociales del momento.


A partir de estas ideas, podría decirse que la sociedad peruana como todas las sociedades latinoamericanas, tienen una economía primordialmente extractiva y de servicios, donde el capital privado – y el capital extranjero- tiene una presencia considerable de dominio de mercado en los sectores estratégicos de la economía peruana.

Estos mismos actores dominan o tienen un amplio control del escenario político, es decir los grupos políticos parecen ser las sucursales de los grupos de poder económico, de ahí que cuando uno de ellos llega al poder, las componendas de normas y leyes se hacen para no desfavorecer a estos grupos económicos, sino para favorecerlos, el Estado Peruano corre la suerte – bendita o maldita- de haber sido capturado por dichos grupos.

Al menos los grandes poderes como el Ejecutivo, Legislativo y Judicial están en manos de estos grupos de poder.  Estos grupos de poder reinan este país desde los años 90 con la imposición de un modelo de sociedad denominado neoliberal, donde se da primacía al individuo frente al otro y se impone una desigualdad inmensa entre ricos y pobres.

Visto esta situación, la idea que planteara el sociólogo peruano, Aníbal Quijano, en cuanto a que existe una colonialidad del poder y del saber, parece ser cierta para la situación actual del país. Pues la economía y la sociedad en general están siendo controladas por los grupos de poder monopólico extranjero que tienen de socios menores a algunos grupos nacionales.


Este control se da y se operativiza mediante el control de las formas de pensar y actuar impuestos por los grupos dominantes, pensares que no solo vienen de las clases dominantes, sino que proceden de una cultura, la cultura occidental, de ahí la afirmación de la existencia de una colonialidad del saber en el país.


Fuente: El Diario de la Educación

Y Para que esto se haga realidad hace uso de la política educativa. Dicho de otra manera: la educación está cumpliendo la función de sostén y reproducción del mundo actual que está lleno de desigualdades extremas.

En nuestro país, la política educativa, no solo responde a lo que pretende el Estado o la sociedad, también responde a lo que quieren determinadas instituciones mundiales, tales como el Banco Mundial, la OCDE, la Unesco, quienes expresan sus propuestas en conferencias regionales o mundiales, razón por la cual se puede afirmar que los temas educativos están inmersos dentro del proceso de globalización actual.

Esta situación siempre ha ocurrido, pero desde los años 90 hacía adelante podría decirse que se inicia una etapa de injerencia muy grande en las políticas educativas del país, sea explícita o implícitamente, especialmente del Banco Mundial.

Este organismo ha intervenido directamente en muchos momentos de la historia de la educación peruana de manera explícita, en otros momentos su intervención ha sido explícita. Y en ambos casos su participación está direccionada hacía una educación de “calidad”, calidad entendida como una educación que responda a las necesidades económicas.

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