Fuente: BM Editores
Rene Antonio Hinojosa Benavides

Comúnmente cuando preparamos el suelo o durante el cultivo aplicamos el estiércol seco como abono, el cual tiene un alto contenido de sales, ocasionando en las plantas el quemado de las puntas de las hojas y también la baja germinación de las semillas por lo que no crecen adecuadamente las plantas.


La solución está en el lavado, sobre todo cuando se aplica en grandes cantidades, ya que si se aplica en pequeñas cantidades no sería tan necesario; esto se hace para eliminar el exceso de sales que no permite el adecuado riego de las plantas ya que crea una película o capa sobre el suelo que no deja ingresar el agua.

El procedimiento consiste en colocar el estiércol en una tina con agua y dejándolo reposar por una hora aproximadamente a fin de que las sales se disuelvan, luego se separa lo sólido de lo líquido para luego exponer la parte sólida al sol varios días, dependiendo del clima, ya que en días muy soleados se seca en un par de días, removiendo periódicamente para que el secado sea uniforme.

En zonas de clima muy húmedo y frío este secado puede demorar hasta dos semanas, pudiendo suceder que empiecen a salir gusanos o larvas, situación que se evita removiendo continuamente para que pueda oxigenarse y secarse más rápido, espolvoreando durante los volteos un puñado de ceniza de madera o cal de obra que actúan como desinfectantes naturales y alejan a las moscas (Barrios y Pérez, 2018).


Por otro lado, la parte líquida, llamado también “purin” se puede aplicar a las plantas, pero no puro, hay que “adelgazar” en agua en una proporción de 10:1, es decir una medida de purín con diez medidas de agua;

Fuente: Sembrar100

si el purín puro se coloca en botellas tapándolo bien, de manera que solo se abran para retirar un poco y aplicar a las plantas, tapando nuevamente el envase, puede conservarse e incluso madurar, poniéndose de color más oscuro por un año a más.

Después de unos días de secado el estiércol lavado se encuentra listo para ser usado en los cultivos. Lo ideal es utilizarlo en la elaboración de compost, pero también se puede aplicar al suelo antes de la siembra o al realizar el cultivo, sobretodo en suelos que recién van a usarse para la agricultura, ya que al descomponerse va a liberar nutrientes y va a atraer microorganismos que van a ayudar a que la planta pueda nutrirse, además de lombrices, pero este proceso tarda entre tres a cinco meses, que es casi el mismo tiempo en producir compost que proporciona los nutrientes con mejor disponibilidad para ser asimilados por las raíces de las plantas.

Puede suceder en algunas ocasiones que tengamos que usar el estiércol en época de inverno, de tal manera que el estiércol está aún fresco, para ello hay que desmenuzarlo y mezclarlo bien con la tierra y de ser posible a una profundidad mayor de 20 cm, para que al descomponerse no queme las raíces de las plantas.

Referencia

Barrios, M. y Pérez, D. (2018). Efecto de la aplicación continua de estiércol bovino sobre el crecimiento y producción de maíz y características químicas del suelo. Bioagro, 30(2), 117-124.  

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