Fuente: Lifeder
José Luis Escobar Morán

Decía el gran poeta español León Felipe que la poesía nació del primer “ay” del primer hombre, mientras que la filosofía lo hizo del primer juicio, por ello la poesía antecede a la filosofía.


Y lo que dice el vate de “Español del éxodo y el llanto” es cierto. Un humano muy antiguo, haciendo uso de su recién adquirida conciencia vio algo, a partir de su apariencia dedujo si era peligroso o no, si era comestible o no, haciendo lo que hace cualquier filósofo hasta hoy.

A pesar de esas extraordinarias estructuras verbales con las que nos regalan cada cierto tiempo, algunas de ellas muy bellamente construidas; la filosofía solo tiene tres grandes campos, sea cual sea la escuela, tendencia o mentidero filosófico al que se adscriban: la estética: lo que vemos en algo, la ética: el contenido que no vemos, en ese algo y la lógica, o los procesos mentales que hacemos para comprender ese algo desde su apariencia.

Muchos dirán que he simplificado de manera extrema todos los procesos filosóficos, y es cierto, pero ese es el común denominador de cualquier enunciado, libro, estudio o propuesta que en la filosofía se halla realizado, y que realizamos cada día todos, para comprender como comportarnos, elegir e incluso aceptar las cosas de nuestra vida cotidiana.


Fuente: Metropolitanoenlinea

La estética es la forma, el continente, la apariencia, la “pepa” o como quieran llamar de todo lo que vemos, es la realidad tangible que percibimos en cada paso que damos, y que necesitamos comprender; ha dado lugar a enjundiosos ensayos desde Aristóteles, hasta Adorno, pasando por Hegel, hasta quien sabe cuántos más hasta hoy. Intentaron condicionar nuestra forma de percibir las cosas, desde visiones que correspondían a sus sociedades y sus criterios morales.


La ética, es lo que tiene adentro, que da sentido a su forma de actuar o de participar en nuestra cotidianidad, a lo que llamamos su “sentido ético”; igualmente muchos han escrito y debatido sobre el tema, para mi gusto, el que mejor lo hizo fue Baruch Spinoza, quien sentó las bases para la tolerancia, en su época: religiosa, y hoy extendida a todas las formas de relación entre humanos.


A ese proceso cotidiano de ver y comprender todo lo que nos rodea, lo llamamos lógica, que puede ser formal, directa, lineal, geométrica; o puede ser dialéctica, analítica o cualquier otro nombre que quieran. Es en este campo, y no gratuitamente en los que se dan los mayores debates, encuentros y desencuentros de la filosofía, ya que es la forma como interpretamos las formas y contenidos que encontramos. Actualmente, el debate es sobre la preeminencia de la gnoseología o la epistemología, al momento de definir cualquier proceso o contenido; o sea, el carácter de la ciencia.

Como ven, la cosa no es tan compleja ni difícil como nos lo plantean los profesores de Filosofía, es algo natural contingente a nuestra vida diaria; la importancia de saber lo que dijeron antes, es para no repetir y colocar nuestro ladrillo en la gigantesca construcción humana del conocimiento. 

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