Por: César Zambrano Arce


¿Quién no tuvo un regalo en esta vida?, era aquel niño que me cambio la vida, con el aprendí a construir una mejor vida, “lo quiero a morir”,


es un chiquillo que me trae de cabeza, si fuera capaz de tener las alas para poder llegar al cielo, lo haría, para que lo veas, con el regalo que me dejaste aprendí a luchar por la vida, cuando te pide tan tiernamente que le ayudes en sus trabajos, te despierta y con solo escucharlo te llena de alegría, con el aprendo y aprendí tener paciencia y ser tolerante, con él pase cosas lindas y cosas tristes , pero él siempre está ahí en mi mente, todos tenemos el recuerdo de un niño, que nos brinda o nos brindo mucha alegría, la casa era una felicidad al verlo crecer.

⇒ VEA TAMBIÉN: ¡Encendiendo una vela!

Circunstancias de la vida, solo nos queda valorar a nuestros seres queridos, que son lo mas importante en esta “triste vida que nos tocó vivir”, el reloj maneja el tiempo y nosotros manejamos el destino de este niño, pasamos y pasaremos cosas bonitas y tristes, pero eso nos enseñara ser mas fuertes en esta vida. A muchos nos toca vivir cosas nostálgicas, pero saber que al escribir uno va reflejando el cariño hacia los demás.


Fuente: Educación Adventista

A mí me tocó vivir cosas muy similares, pero gracias a él aprendí a valorar a aquel niño, que solo fue un cambio que me dejo la vida. A todos nosotros nos pasa algo similar, solo somos tan orgullosos que no se refleja en tus sentimientos, pero sabes que, en tu interior siempre lo tienes presente.


Por eso te dijo que no escondas lo que sientas, a veces se nubla nuestros pensamientos, sabes que el siempre estará presente en ti y en tu corazón, tanto cariño que no diste, pero nunca es tarde, tal vez ya no este, pero siempre estará en nuestros recuerdos.


Al verlo recién nacido, debe haber sido para muchos, lo mas hermoso que te puede haber pasado, para mi si lo fue y gracias a este regalo pude entender y valorar mejor esta vida. Este niño te cambia la vida, verlo crecer, jugar con él, a veces se enconde en tu sombra, pero ahora juntos forjamos un camino hacia la luz, y de pronto yo sentí las caricias que guardaba
para mí.

Muchos dirían: por favor no me pregunten por él, yo que les puedo decir, pongámonos la mano al corazón y tomemos nuestra alma partida y encontraremos nuestra paz interior. ¡Aprendamos darle el tiempo necesario, él no te lo pide, solo piensa y atina a mirarte! Él no te pide la luna, ni mucho menos llegar a la estrella, solo te pide que vivamos el día a día de la mejor manera.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *