Fuente: La Prensa Regional
Roly Auccatoma Tinco
rauccatoma@unah.edu.pe

Peirce afirmó: “El hombre es un símbolo”, aunque dudo de su fórmula filosófica; entonces, la policía es un símbolo del Estado, representa al poderoso Leviatán cuyo deber es velar por el cumplimiento de las leyes.


La policía es considerada como símbolo por los terroristas y delincuentes, por eso al asesinarlos creen que están debilitando al Estado; en realidad, matan al hombre. Ese que recorre todas las calles polvorientas y sucias, con su uniforme y el escudo de la institución, luchando contra el mal.

El ideal de policía u hombre de ley se narra muy precisamente en la película Río bravo (1959) de Howard Hawks, donde el sheriff John T. Chance (John Wayne) actúa con profesionalismo y amistad. Este evita que se rebaje a su amigo Dude (Dean Martín), quien sufre el síndrome de abstinencia de alcohol, de recoger una moneda de una escupidera, lo cual simboliza bajeza moral y humillación.

La amistad viril de John T. Chance y Dude aflora en una cantina con música alegre, whisky, delincuentes. Dude, harapiento y de rostro estragado por el alcohol, pide una moneda a uno de los pandilleros para poder pagarse un whisky. El tipo sonríe, acepta, extrae una moneda, la hace bailar destellante entre sus dedos y la arroja dentro de una escupidera. Dude se inclina para meter la mano en la escupidera, aceptando la humillación, su degradación moral. Sin embargo, una patada hace volar la escupidera.


Todo policía, como hombre de ley, debe hacer respetar a su institución y a su gente, cuidar de todo el mal, entregar su vida con la valentía para la cual han sido formados. No obstante, en algunos lugares, se topará con situaciones donde el poder del mal es más grande que el Estado, donde los delincuentes son superiores en número y fuerza, así como el sheriff que busca hacer cumplir el orden, arreglándosela solo.

Fuente: Prensa Latina

La profesión tiene la ética aristotélica, con una moralidad al servicio del Estado y con prudencia al servicio de la institución que la representa. Sin embargo, la política no piensa a los hombres como hombres; lo simboliza y cuando se piensa así se mata, aunque digan que no matan hombres sino ideologías. Por eso, faltar el respeto y matar a los policías es ofender al Estado.

La policía deberá respetar y hacer cumplir la ley, así se presenta el sheriff Chance tan solo con un alcohólico, un viejo tullido (Walter Brennan) y un joven llamado Colorado (Ricky Nelson). Él se enfrentará al mal, sin pedir apoyo porque su deber moral es hacer respetar la ley.

En fin, el ser que cumple una labor policial también es humano, se proyecta al futuro, se angustia y está solo como todos nosotros en este loco mundo. Por tanto, se debe educar a ellos para que no confundan la obediencia con la imposición y no aprieten el gatillo fácil. La policía con la ética de Sheriff Chance debe hacer cumplir las leyes y defender con su vida el mandato del Estado. Su deber sagrado es enfrentar el mal y cuando lo hacen dirán “Compañeros hasta el final”. Eso es ser hombre de ley.

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